Aunque en principio no estaba contemplado en los proyectos de reforma, ubicar de nuevo la antigua fuente de la Avenida o Plazuela de Santa María, parece ser que cambios de última hora aconsejaron la recuperación de este elemento de hierro.
No hay que olvidar que el viejo surtidor de fundición, denominado en 1887 también como de Méndez Núñez, por estar situado frente al chalet de esa familia, (hoy conocido como Palacete de Mendoza, que venían siendo las sobrinas de Doña Soledad Méndez), llevaba en ese entorno más de ciento veinte años. Conoció pues la fuente de vecindad, instalada a instancias del arquitecto Rodriguez Sesmero, desde Dictablandas a Repúblicas, desde Dictaduras a Transiciones, en fin, que aguantó incluso desde ciclones hasta sequías y nevadas. Es de celebrar que ahora se coloque la fuente restaurada sin las gradas o peldaños de piedra y sin las luces embutidas con las que se les dotó a las otras fuentes similares. También decir que preferimos las cuatro billas a las lenguas. Lo lamentable es que no se haya recuperado la colorimetría original, el verde azulado que lucía, aunque eso ya es para nota.
Por cierto que con respecto a la Avenida, no entendemos como Patrimonio autorizó la alteración- falsificación de la rasante, sobre todo en el empate con la calle de la Amargura, giro tradicional de procesiones centenarias como la del Chucurruchú, la del Miércoles Santo etc. Porque esa conexión del viario también formaba parte del acervo histórico y del patrimonio vivo de la ciudad.
No hay que olvidar que el viejo surtidor de fundición, denominado en 1887 también como de Méndez Núñez, por estar situado frente al chalet de esa familia, (hoy conocido como Palacete de Mendoza, que venían siendo las sobrinas de Doña Soledad Méndez), llevaba en ese entorno más de ciento veinte años. Conoció pues la fuente de vecindad, instalada a instancias del arquitecto Rodriguez Sesmero, desde Dictablandas a Repúblicas, desde Dictaduras a Transiciones, en fin, que aguantó incluso desde ciclones hasta sequías y nevadas. Es de celebrar que ahora se coloque la fuente restaurada sin las gradas o peldaños de piedra y sin las luces embutidas con las que se les dotó a las otras fuentes similares. También decir que preferimos las cuatro billas a las lenguas. Lo lamentable es que no se haya recuperado la colorimetría original, el verde azulado que lucía, aunque eso ya es para nota.
Por cierto que con respecto a la Avenida, no entendemos como Patrimonio autorizó la alteración- falsificación de la rasante, sobre todo en el empate con la calle de la Amargura, giro tradicional de procesiones centenarias como la del Chucurruchú, la del Miércoles Santo etc. Porque esa conexión del viario también formaba parte del acervo histórico y del patrimonio vivo de la ciudad.
Cada post unha lección.
ResponderEliminarA miña sogra aínda lembraba o servicio das augadoras, que fornecían as casas con baldes d´auga
que levaban dende as ditas fontes de cercanía.
A unha delas chamabanlle a Perra Chica, que era o que cobraba por poñer un balde na casa.
Coido que este posst debe dar máis de sí que este breve comentario. A ver qué di Josele, que catou a alma do Goberno dos camaradas como nadie.
Pode que resuslte oportuna una iniciativa popular pra lle cambia-lo nome á cidade. De Pontevedra por Mosqueragrado.
Porque Mosquera foi o gran destructor da vila, do seu afundimento na miseria. Democracia, ¿quén dixo Democracia?
Esto al igual que la Balustrada debe hacernos pensar hasta dónde entran dentro de las competencias de los políticos remover, poner o quitar monumentos, fuentes o conjuntos históricos.
ResponderEliminarSigue por el buen camino con tus post, porque esto trasciende ideologías o posiciones cualesquiera que sean, si en defender Pontevedra nos centramos.
Feliz Navidad.
por lo menos rectificaron en eso, algo es algo
ResponderEliminarPues yo creo que in extremis, algún planificador soviético se dió cuenta que la fuente tiene un alto valor en cuanto a su simbología inspiradora para el nuevo régimen:
ResponderEliminarLas efigies de las que brotan los grifos.
Si nos fijamos veremos cuatro caras feroces de cuyas fauces emanan los grifos del agua. Estas efigies recuerdan a la simbología masónica del "BAPHOMET", arquetipo que se corresponde con las deidades "Pan" griega y el "Baco" romano, esto es el dios de lo vital, del sexo y de los placeres carnales...
Quizás algún iluminado de la rama mística-masónica del Komitern local del Partido, ha creído conveniente recuperar esta fuente para dejar constancia subliminal (en punto destacado) de la obediencia debida al Gran Arquitecto del Universo y a los arquetipos de lo mundano como contraposición a Santa María y su legado cristiano dominante.
No olvidemos que el Partido, en su última instancia de mando, siempre es una Logia Masónica de inspiración luciferina, aunque los cuadros medios y militantes de base, no tengan ni puta idea de que va esta fiesta...
Y quiero animar a Don filiberto, para que un próximo post (cuando lo estime conveniente) haga un repaso por las "Aguas y fuentes de Pontevedra) y su curiosa vinculación con el mundo de nuestros antepasados y la obsesión por la heráldica y genealogía del ciudadano de Pontevedra...
ResponderEliminarSomos agua en un 75% así que "eres lo que bebes"
(Bebed de la boca de Baphomet y perteneceréis a la causa para siempre....)