martes, 29 de septiembre de 2009

Detrás de Santa María











Ahora que está tan de moda el entorno de la Basílica, después de invertir tanto dinero, después de gastos suntuarios como la nueva iluminación de la iglesia, en fin, después de haber reformado y ampliado tanto los proyectos de rúas y avenidas, convendría recordar que a escasos metros del ábside de Santa María la Mayor, en el punto más elevado del antiguo barrio amurallado, entre las calles de Pratería Vella e Isabel II, se encuentra en estado de abandono, un solar, que hasta hace pocos años fue una buena muestra de nuestra arquitectura popular.
Efectivamente, si recurrimos a no tan antiguas fotografías, distinguiremos una casa de cantería, con su correspondiente cornisa y un interesante balcón en ángulo, que debió demolerse por motivos de seguridad.
En una de sus fachadas campaba una labra heráldica con las armas de los linajes de los Ibaizábal, Murga, Aldao y Salazar.
Hace pocos años la prensa informaba de que este escudo se encontraba depositado en la Escola de Restauración. No sabemos si se perderá para siempre la antigua ubicación de este BIC, una vez se decida reconstruir el inmueble.
Decir que la historiografía romántica pontevedresa ubicaba en este barrio de Santa María a la judería.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Ciprés exprés.


Fue en las pasadas Navidades cuando se inauguraba una de las intervenciones más demenciales habidas en el Centro Histórico, en el entorno del Teatro Principal y la calle de Don Filiberto.
A esta actuación, que debería figurar en los manuales de rehabilitación del patrimonio como un ejemplo de lo que no debe hacerse, le cabe el mérito de incumplir las premisas sentadas sobre la restauración de los bienes culturales, formulada ya hace algunas décadas por el italiano Cesare Brandi.
Porque con la plantación de más de una veintena de cipreses, evocadores de un cementerio medieval, se estaban falseando las denominadas como instancias estética, e histórica, al desconocer con esa intervención que estábamos ante un entorno forjado en el siglo XIX, paradigma del urbanismo burgués que había conseguido que donde había una iglesia románica con su cementerio se edificara todo un coliseo capitalino, junto a un Liceo Casino. En palabras del italiano, no hay nada más falso en restauración que pretender que el tiempo sea reversible, y el ejemplo soberbio y sectario de este caso fue implantar la memoria y visualización de un camposanto, que hacía más de un siglo que se perdiera para dar paso a nuevos usos centrados básicamente en los éxitos artísticos del Teatro.
Pero también el tiempo pone a cada cual en su lugar. Aun no transcurrieron nueve meses de esta desafortunada actuación y ya hay que invertir otra vez fondos públicos en adecuar esa zona a la realidad racional, retirando árboles secos, y estorbos de la vía pública y aun de los accesos al Teatro.
En un país civilizado técnicos y políticos no cobrarían este mes. Aquí vale todo.

jueves, 24 de septiembre de 2009

El cartel de Santa María






Como es sabido, las obras y actuaciones llevadas a cabo a cuenta del “Fondo de Inversión Local para el Empleo”, también llamado Plan “E” o Zapatero, consiguieron llenar todos los municipios españoles de carteles de obra.
Dicho rótulo de intervenciones, regulado minuciosamente por la Resolución de la Secretaría de Estado de Cooperación Territorial, de 13 de enero de 2009, recoge las características técnicas de dicho mural. Así entre otras especificaciones, deberán medir, en formato horizontal, 4x 3 metros lo que supone una superficie útil de doce metros cuadrados. Además habrán de estar elaborados en aluminio o acero galvanizado de 1,8 mm. de espesor. Junto a las instrucciones de fijación y soporte también establece la norma los componentes gráficos. Evidentemente que también prescribe instrucciones sobre la situación de tan importante cartel.
En otro orden de cosas, según las fuentes consultadas su precio oscilaría entre los 800 y los 1000 euros a lo que habría que sumarle gastos de montaje e IVA. Si se multiplica estos importes por los miles de actuaciones llevadas a cabo por la geografía nacional la cifra es de escándalo.
También a Pontevedra ha llegado el Plan E y los susodichos carteles.
Una de las intervenciones realizadas, a cargo de estos fondos públicos, es la denominada como “Iluminación exterior de la Basílica de Santa María la Mayor de Pontevedra” obra adjudicada en 502.637 € a la empresa que viene realizando todas las labores del alumbrado público en la ciudad en la última década, esto es, los faroleros oficiales.
Lo curioso del caso, el problema que se adivina ante el vacío legal existente, es que la obra eléctrica en cuestión ya se remató e inauguró oficialmente por todo lo alto, gominolas gratis incluidas, el pasado día seis de agosto.
Y entonces la pregunta es obligada ¿expiró la vida útil y legal del cartel? Puesto que ya se inauguró una intervención no tendría sentido anunciar y publicitar esta adjudicación y habría que retirar el cartel de marras.
¿Estaremos pasando del campo de la publicidad institucional al de la propaganda?
Otro problema, muy simpático desde el punto de vista administrativo, es el de la ilegalidad del rótulo en cuestión, por vulnerar la normativa sobre el patrimonio cultural al estar situado en la zona de servidumbre de la Basílica de Santa María, a los pies de su magnífica fachada renacentista.
No obstante seguiremos informando sobre la vida de este cartel que seguro que da algo de juego.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Cabezas y curvas cuadradas


Mira que se advirtió hace unos años, por los pocos sectores sensatos de la ciudad, lo inadecuado que resultaba hacer las esquinas de las calles reformadas en ángulo recto. Parece que se pensaba que la cuestión del tráfico rodado era algo dogmático e inamovible, blindado a cualquier cambio de dirección.

Al final, el tiempo pone a cada cual en su sitio. Como ejemplo que traemos, el de la intersección de la calle de Sagasta con Castelao.

Basta celebrar el "día sin coches" en honor a la movilidad urbana, con lo que hay que cortar un tramo de la calle de Benito Corbal, por cierto la más comercial de Pontevedra, quizás por que circulan los automóviles, basta hacer un pequeño cambio del sentido del tráfico, algo normal en cualquier ciudad, para que la geometría urbana no funcione.

Esperemos que las ambulancias que vayan al Hospital Domínguez no tengan que maniobrar en estos giros diseñados contra natura.

Como siempre, responsabilidades, ninguna.

domingo, 20 de septiembre de 2009

La ronda de Arzobispo Malvar




Para recordar el carácter de vía de ronda que tuvo la actual calle de Arzobispo Malvar, traemos a colación un documento que se expone en la valla de las obras del parking de la Alameda. Se trata del proyecto de la reordenación de la Plaza del Muelle rediseñada por Alejandro Rodríguez Sesmero en 1876.
En el se podrá comprobar la contundencia del trazado de la carretera de Santiago a su paso por ese entorno. Precisamente unas décadas antes, los ingenieros trazaron esa calle para alejar los tráficos del centro urbano y modernizar la carrilana que unía nuestra villa con la citada ciudad de Santiago.
Ahora en nuestro tiempo no se le ocurre otra cosa al Concello que cegar esta importante vía que enlazaba la plaza de España con el puente del Burgo. Hay que recordar que en otro tiempo circuló por ese trayecto el tranvía y después el trolebús eléctrico.
No creemos que pueda realizarse, tal como está proyectado, el conocido como “Museo da Historia” por interrumpir precisamente el paso en esta zona de la plaza de Valentín García Escudero. Amén del problema financiero.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Celebrando la Semana Europea de la Movilidad.
















No cabe duda de que uno de los entornos urbanos donde está más limitada la movilidad, tanto rodada como peatonal, es el de la Plaza de España.
El bloqueo de esa zona se debe al vallado allí instalado motivado por las obras del parking subterráneo que ahí se realiza. Evidentemente que las molestias eran esperadas, pero debido a la afección de nada menos que diez céntricas calles ¿No se podrían doblar los turnos de trabajo? Oiga, es que ni siquiera se trabaja allí los sábados.
En fin, un estrecho pasillo da servicio a las turísticas ruinas de Santo Domingo e Instituto Valle Inclán. Sólo en los cincuenta metros de la calle Riestra más próximos a la valla hay media docena de bajos desocupados, buena muestra de los daños colaterales de la peatonalización y la gestión de las obras.
La calle Herreros o Ferreiros, al igual que la de Arzobispo Malvar gozan de mayor talante al estar bloquedas tanto por detrás como por delante.
La calzada de la pequeña rúa del Maestre Mateo, que comunica la plaza de España con la Avenida de Santa María será reducida debido a que se compartirá con la entrada al futuro Museo de las Torres Arzobispales.
¿Saben como acceden los vecinos a sus casas de Santa María? Pues por San Bartolomé la única vía de entrada.
Si a todo esto unimos el cierre de la Alameda, la citada escalera de los Churruchaos y ahora las obras de las calles de Don Filiberto y Charino, a ver quien es el listo que se mueve.

martes, 15 de septiembre de 2009

Para comer, San Francisco.


No salimos de San Francisco, y aun de la temática medieval.
Resulta que en lo alto de la calle Aduana, y en los bajos del convento franciscano, se encuentra ubicado un equipamiento socio comunitario de los más demandados. Nos estamos refiriendo al comedor social.
La infatigable y callada labor de la exigua Comunidad de Padres Franciscanos, asistida por un grupo de fieles colaboradores, más el apoyo de empresas e instituciones benefactoras, hacen posible que estemos ante un centro de referencia para muchas personas, no sólo de la ciudad sino de la comarca y aun de transeúntes.
Cada año va en aumento el número de usuarios y llaman la atención las diferentes historias humanas que se pueden encontrar allí, bajo aquellas paredes de fábrica medieval, donde aun son visibles en el descuidado exterior, ciegas arquerías góticas.
Precisamente este año se cumple el centenario del retorno de los frailes franciscanos, que volvieron a ocupar en 1909, la iglesia y parte del convento nacionalizados en 1835 debido al proceso desamortizador.
Con la que se avecina, con los números de paro más elevados de todo Occidente, quien sabe si hoy el edificio de Hacienda, en otros siglos convento, pasará a convertirse en una gran residencia para pobres. Sin la ayuda de unas arruinadas Administraciones, naturalmente.
Como todos llevamos dentro un potencial usuario, sirvan estas líneas como pequeño homenaje a quienes desarrollan tan importante labor humanitaria.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Un muro chamuscado.




Resulta que el muro de las escaleras que llevan al templo de San Francisco, de los siglos XIV y XV, como reza el cartel informativo, apareció con signos de haber sufrido algún tipo de quemaduras.
Suponemos que los efectos de la chamusquina se habrán originado por culpa de algún artificio usado en la pasada Feira Franca.¿Quizás un ataque con bolas incendiarias lanzadas desde una catapulta? ¿O tal vez el efecto de los fuegos de artificio?
Lo cierto es que la zona de murallón afectada por las altas temperaturas abarca varios metros lineales, y se puede percibir una gama cromática que va desde el negro al albo ceniciento.
El chamuscado afectó incluso al rótulo que indica que estamos en los Xardíns dedicados al insigne arqueólogo Don Casto Sampedro.
Como no conocemos reseña de este hecho por la prensa de papel ni sabemos si Patrimonio Cultural abrió el oportuno expediente para sancionar a los responsables y sobre todo, reparar los daños causados, sólo esperamos que se eviten estos despropósitos en futuras ediciones.
Mientras la inmediata fuente del cantar “da de beber a quen pasa”, como si aquí no pasara nada.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Las papeleras del Museo



Uno se hace la pregunta de si será tan complicada la instalación de un par de papeleras en el Centro Histórico de Pontevedra para que se haya escogido como su ubicación nada menos que el tramo de vía pública lindante con las principales fachadas del Museo Provincial.
Porque frente a la casa de Castro Monteagudo, que data de 1760, y es la entrada principal de dicha institución cultural, se ha instalado ahora una papelera cilíndrica de acero, con acabado bruñido en espejo.
También a la vera del otro gran pazo dieciochesco de los que albergan al Museo, nos referimos al de García Florez, ya en la calle Sarmiento, han procedido a instalar allí otro contenedor.
Lo que no se entiende son estas actuaciones municipales siendo estos edificios nada menos que Monumentos Históricos Artísticos desde el año 1962.
Mira que todas las normativas, todos los criterios de intervención en elementos patrimoniales y toda la praxis van en la línea de evitar la contaminación visual del paisaje urbano, sobre todo la de los elementos especialmente protegidos, cual es el caso en cuestión, prohibiendo carteles, cableados, mobiliario urbano etc. o instando su retirada, y aquí se hace exactamente lo contrario, con el agravante en este caso de que no existían en esos lugares precedente de que hubiera papeleras y lo que sobran en ese entorno son otras alternativas más discretas.
Es la típica actuación paleta y prepotente que todavía no conoce y valora el entorno en donde está actuando.
Por cierto que el actual PEPRICA prescribe que las papeleras “instalaranse en ferro fundido ou material semellante.” Las actuales son de acero.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Las escaleras de Churruchaos.



No salimos de la temática medieval.
Al menos eso es lo que evoca el callejón de los Churruchaos, que une la Avenida de Santa María con la calle de Charino.
Ese apellido tan sonoro, parece que ya extinto, servía para denominar también a la poderosa estirpe de los Suárez de Deza, que ya andaban atravesados en la Galicia del siglo XIV.
Igualmente, con el nombre de Churruchaos, se conoció en Pontevedra a las desaparecidas e inmediatas Torres Arzobispales así como a su solar. Por último, un palacete de finales del siglo XV, derribado hacia 1900 y reaprovechados arcos y molduras para la casa de Augusto González Besada, en Poio, también fue nombrada como “Casa dos Churruchaos”.
Por otro lado, ya en el contexto de la creación literaria, el escritor Gonzalo Torrente Ballester acabó inmortalizando a la saga de los Churruchaos, recreándolos en su novela “Los Gozos y las Sombras”.
Pues bien, volviendo a la calle, hace ya algunos años que se procedió al pavimentado de un tramo de ésta, aprovechando y asentando de nuevo las losas antiguas, quizás para compensar el abuso que se está haciendo con los nuevos enlosados de piedra de corte industrial en otros entornos.
Como no se remató la obra, que contaba con una escalera de varios peldaños de piedra para salvar el desnivel entre dicho callejón y la Avenida de Santa María, se procedió a la colocación de una de madera que ya lleva mucho tiempo allí como "símbolo de la accesibilidad". Los “pasos o chanzos” se hallan apilados esperando su colocación.
Sería interesante saber lo que opinan de esta actuación los vecinos y dueños de los establecimientos ahí radicados.
Lo que si hay que reconocer es que el aspecto del lugar es verdaderamente medieval.

martes, 8 de septiembre de 2009

Sobre la "Casa da Luz"



La llamada “Casa da Luz”, en tal caso fábrica o central, con fachada principal hacia la plaza de la Verdura pretende ser reconvertida ahora, tras la inversión de una importante cantidad d euros,(783.173,10), en el centro administrativo y promocional de la empresa municipal “Turismo de Pontevedra” y de la mancomunidad “Terras de Pontevedra”.
En principio nada se debiera objetar a esta iniciativa de rehabilitación, pero enseguida surgen dudas.
Primero porque quizás debió escogerse un edificio mejor para servir a la vez de referencia de calidad turística. La citada “Casa da Luz” en cuestión no deja de ser una recreación arquitectónica de los años setenta, que nada tiene que ver con el antiguo edificio que sirvió de Macelo y después de central eléctrica. En definitiva que nos encontramos ante un edificio de bajo valor histórico –artístico. Y ahora nos acordaremos de esas cesiones de tintes fraudulentos para la ciudadanía como fueron la entrega a la denominación de origen Rias Baixas, del Pazo de Mugártegui, y del regalo a la Universidad de la Casa das Campás.
En segundo lugar, aunque probablemente sea una buena sede para las oficinas y otras actividades promocionales, a nadie se le escapa que la casona de la Plaza de la Verdura pueda funcionar adecuadamente como “centro de recepción turística” precisamente uno de los inmuebles con la situación más inaccesible de Pontevedra. Habría que hacer un estudio serio de los transportes que usan los visitantes de Pontevedra. Para este cometido quizás fueran más acertadas otras propuestas, que van desde el bajo de la Casa Consistorial, al edificio del ahora calamitoso Café Savoy, o el entorno de la Alameda.
En tercer lugar y esto ya es estructural, habría que tener cuidado de no duplicar ni triplicar servicios, ya que dado el circo institucional que pagamos todos, nos podemos encontrar con el Palacete de las Mendoza en Santa María, sede del Patronato Turístico de las Rias Baixas, la oficina turística de la Xunta, heredera del Ministerio de Información y Turismo, en las galerías de la Oliva, y ahora el popurri de nuevas marcas turísticas municipales como “Terras de Pontevedra”.

viernes, 4 de septiembre de 2009

La Feira Franca de Pontevedra: ¿recreación medieval o renancentista ?






La ciudad se prepara para celebrar su festiva Feira Franca. Hasta en la fachada del circunspecto Museo de Pontevedra han colgado unos vistosos tapices que reproducen miniaturas de los códices de las Cantigas de Alfonso X el Sabio. Pero ya llegados a este punto conviene hacer un poco de Historia.
Como es sabido, el rey de Castilla Enrique IV, concedió en 1467 el privilegio para que los habitantes de Pontevedra pudieran celebrar una feria franca, esto es, libre de impuestos, “quince días antes y quince días después de San Bartolomé”, el 24 de agosto. Ese documento original fue redactado ya en perfecto castellano, aunque quien quiera consultarlo, decir que no figura en la pagina oficial de la fiesta.
Lo cierto es que desde hace diez años, a instancias del Concello, aprovechando la moda de las recreaciones históricas, como en otros muchos lugares, se procedió a la simulación de este antiguo evento mercantil, fenómeno digno de estudio desde la óptica de la animación sociocultural debido al éxito de público alcanzado en estos últimos tiempos.
Pero la pregunta que nos hacemos, y debido a la obsesión concejil de “recrear la Edad Media a toda costa” es si verdaderamente dicha Feira instaurada en 1467 es medieval.
Los que no estudiamos en la ESO, con independencia de los orígenes medievales de las "ferias de concesión", podemos afirmar que cuando menos estamos ante una fecha más renacentista que propia del medioevo.
Porque en ese último tercio del siglo XV, ya los otomanos habían invadido Constantinopla (1453), ya se había inventado la imprenta - Gutenberg fallece unos meses después de la concesión de la feria pontevedresa- ya los portugueses realizaban sus primeras navegaciones oceánicas al mando de Don Enrique...
En fin, en Italia estaba en pleno apogeo el “quatroccento”ese moviento artístico con figuras como Masaccio o Donatello.
Y en nuestra península una hermanastra del rey Enrique IV, Doña Isabel, se convertiría como su sucesora en la “Reina católica”, monarca arquetipo del nuevo Estado Moderno…
Mientras aquí en Galicia los Irmandiños procedían a la destrucción las fortalezas de la nobleza símbolo del feudalismo medieval.
A mayores, en pleno apogeo de esta Feira Franca, unos años después de su concesión, sucederán hechos tan trascendentes como el Descubrimiento de América, la Toma de Granada o la aparición de la Gramática Castellana de A. Nebrija.
En definitiva, la obsesión medievaloide no estaría pues justificada si comprobamos como la grandeza de la antigua villa de Pontevedra es plenamente renacentista. Ahí está como ejemplo la construcción de la Basílica de Santa María, la Fonte da Ferrería, la Casa das Campás, el poder que tuvieron los mareantes y los exportadores de vino, los Humanistas etc. Su justificación sólo podría venir determinada por lo extraordinariamente incorrecto que sería reconocer desde una óptica nacionalista el poder del unificado Estado Moderno frente a los fagocitados reinos medievales, el no reconocer la desaparición de la lengua gallega como lengua culta frente al castellano, entre otras cosas, y lo que es más preocupante, en no reconocer el nuevo status de ciudadano frente al de vasallo, la persona sometida a un señor feudal.
Porque yo soy Luis Bará, concejal artífice de la fiesta y profesor de gallego y le pongo un cero zapatero a quien me exhiba como ejemplo de literatura gallega del último tercio del siglo XV, esto es, la época de la Feira Franca, a las Cantigas de Alfonso X el Sabio, escritas hacia1250.
Quizás para atenuar la idea del Museo de colgar los tapices con los códices miniados alfonsies, para ambientar la Pontevedra de finales del siglo XV, decir que ya en aquella época esas miniaturas serían antigüedades con más de doscientos años.
En fin, o se hace una recreación histórica de la Pontevedra medieval o se hace una de la renacentista, pero no se debe confundir a la gente.
¡Menos mal que el 99% de los asistentes a la fiesta pasa de estos rollos!

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Las calles del trole




Publicaba ayer el Diario de Pontevedra un reportaje que hacía referencia al XX aniversario de la desaparición del trolebús, de Pontevedra y de España, aquel medio de transporte colectivo eléctrico que acompañó al paisaje urbano de nuestras calles durante tiempos de Franco.
Concretamente el articulista hacía mención a que el servicio de trole a Marín se había inaugurado en 1943 y el ramal a Lérez entraba en funcionamiento en 1955, datos que deben ser matizados en el sentido de que el moderno trolebús, con catenaria aérea pero sin raíles, lo que hacía era sustituir al tranvía que ya estaba en funcionamiento entre la ciudad de Pontevedra y Marín a finales del siglo XIX. Hacia 1925 se extendería el ramal a Lérez, pero ya electrificado, sustituyendo al vapor.
A muchos les sonarán las postales del tranvía a su paso por el puente del Burgo o la Plaza de España.
Ahora que está tan de moda la memoria histórica, ¿qué recorrido hacía el trolebús, heredero del citado tranvía?
Si iba a Marín saldría de la plaza de Galicia para enfilar hacia la calle de Augusto Gonzalez Besada, doblar en la plaza de San José, de aquella Calvo Sotelo, para coger ya la carretera de Marín conocida como calle de Salvador Moreno y hoy Rosalía de Castro.
Como muchos saben la cabecera de esta calle se encuentra hoy cortada al tráfico y sirve como terraza para solaz de jubilados y funcionarios, y envidia de parados.
El recorrido de vuelta era semejante. Muchos se acordarán del privilegio del trole para circular en los dos sentidos por la calle de A. González Besada, frente a la Caja de Ahorros Provincial de Pontevedra, institución también desaparecida.
El recorrido hacia Lérez era más urbano, si cabe. Subía el coche desde la Plaza de Galicia por la calle de Andrés Muruais, para alcanzar la de la Peregrina y tras pasar frente al Santuario dirigirse por la Michelena hacia la Plaza de España. Huelga decir que estas últimas calles se encuentran hoy en día peatonalizadas.
Desde el Ayuntamiento el trole bajaba por la calle de Arzobispo Malvar para conectar con el Puente del Burgo y seguir por la carretera de la Coruña hacia Lérez y aun la parroquia de Alba.
En el retorno subiría este transporte por la mencionada calle de Arzobispo Malvar, hoy convertido prácticamente en un callejón sin salida, pues a pesar de ser la primera ronda urbana de la muralla diseñada en el pasado siglo XIX, desde hace unos años perdió su conexión con el puente debido a las excavaciones arqueológicas de la plaza de Valentín García Escudero. Al llegar a la plaza de España, frente a la Alameda enfilaría por la calle de Riestra para alcanzar tras pasar frente al Café Moderno, la nombrada calle de A. González Besada y finalizar trayecto en la plaza de Galicia.
Todavía no se sabe a ciencia cierta porque Pontevedra se deshizo de este transporte tan ecológico y occidental.
La última unidad de trolebús de Pontevedra descansa hoy en las cocheras de la Associació d´Amics del Ferrocarril de Barcelona.

martes, 1 de septiembre de 2009

El Palacete Asediado



Desde la primavera del año 2007, la Avenida de Santa María lleva convertida en un almacén de materiales de obra.
Evidentemente que cualquier rehabilitación urbana, como es la de ese barrio de Santa María, conlleva unas molestias. Pero todo debe tener su límite y siempre hay excepciones.
Durante este tiempo vecinos y empresarios han tenido que padecer además las molestias derivadas del reformado de los proyectos debido a la aparición del foso de las Torres Arzobispales. A mayores han protestado por el estado de ese vial desde la gerente del geriátrico allí emplazado, por problemas de accesibilidad a ese centro, hasta las cofradías de Semana Santa puesto que el estado de la avenida deslucía las centenarias solemnidades procesionales. En otro orden de cosas también habría que citar las quejas por el traslado de la efigie de Castelao del escultor Buciños.
Pero si hay una actuación especialmente reprochable, esa versa sobre el trato que se le está dando al entorno del Palacete de las Mendoza, actual sede del Patronato de Turismo “Rias Baixas”.
Hay que pensar que en su momento se hizo un esfuerzo muy importante por parte de la Diputación para adquirir esta decimonónica casona, precisamente una obra de Alejandro Rodríguez Sesmero, el arquitecto que ahora homenajea el Concello en las vallas de la obra del parking de la plaza de España.
Suponemos que esta compra se hizo con la idea de lograr una imagen institucional acorde con un destino turístico de calidad, el de las “Rias Baixas”, a la par que se buscaba un alojamiento digno a dicho patronato, a fin de que tuvieran allí lugar las presentaciones, reuniones, exposiciones y demás eventos promocionales.
Porque este Patronato de Turismo es de las pocas instituciones con vocación provincial que aún permanecen en la ciudad, es en definitiva – ahora que se habla tanto de la capital- de las pocas sedes que deben marcar ese carácter de capitalidad y que por la tanto debería de tener una imagen urbana ejemplar. En este caso además, porque su importancia trasciende de lo municipal y aun provincial para convertirse en esa tarjeta de presentación atractiva para todos los visitantes presentes y futuros.
Pero como decimos la realidad es otra. Ya han transcurrido tres veranos, la temporada alta por excelencia, y no se puede decir que se haya tenido el cuidado exquisito en mantener este entorno en el estado más óptimo posible.
Abarloados a los muros de la fachada principal todavía se puede ver toda suerte de materiales de obra, desde tuberías de diversos colores hasta palés con sillares, desde vallas metálicas a escombros y maquinaria. Las casetas modulares bien podrían haber ocupado un sitio más discreto, lo mismo que las vallas que anuncian los proyectos a ejecutar.
Y eso por delante. Porque en la fachada trasera del jardín que linda a la calle Arzobispo Malvar, es perfectamente visible arrimado a los muros un auténtico tren de contenedores. Hay además un poste de madera que debe ser de la época de los Irmandiños.
En fin junto al vallado de la plaza de España, las obras del Campillo, la escalera de la calle Churruchaos, etc, esa es la imagen que se han llevado de este entorno los turistas que nos han visitado en las últimas temporadas, incluidos los cerca de 150.000 peregrinos que visitaron la Basílica.
Seguro que estos días con motivo de la Feira Franca, el Concello cubre con arpilleras y banderolas las casetas y vallas.