Pobre Alhóndiga

No sabemos que pudo ocurrir con la discreta plaza de la Alhóndiga, la situada detrás de la Casa Consistorial, para que el actual equipo de gobierno municipal se empeñe en transformar el paisaje urbano de esta plaza que nació y se mantuvo durante muchos siglos como espacio libre, a pesar de renovarse los edificios de su entorno.
A la desafortunada idea de situar una estatua que dicen representa al "fiel contraste" ahora se la ha sumado la instalación de varias sillas, modelo cabriolet, marca Setga.
Insistimos en que dicha plaza, como ya nos contó el Padre Sarmiento en el lejano siglo XVIII, cuando señalaba que allí se representaban las comedias de los grupos itinerantes de teatro que venían a Pontevedra, que se organizaban las cabalgatas y otros cortejos oficiales, que aparece en la vieja Tabla de Ceremonias de la Villa, como vía de paso de procesiones y otras comitivas, era un espacio exento de mobiliario y ornamentación.
Ahora parece ser que aplicando los criterios generales del PGOU, del plan general, se han olvidado que dicha agora se regula por un plan especial, el llamado PEPRICA, que prescribe entre otras cosas básicas la preservación de los espacios libres y la silueta y paisaje urbano.
No nos cansaremos de denunciar las actuaciones caprichosas, temerarias, caras y populistas que están acabando con la esencia de nuestra ciudad histórica.
Eso si, siempre se estará a tiempo de que un gobierno algo más culto pueda trasladar esos elementos a otros lugares de la población más propicios. Si no los roban antes, debido entre otras cosas, al estado de emergencia social en el que está entrando el municipio por culpa del desempleo.