A vueltas con el calendario

Como si no hubiera cambiado la situación socioeconómica en el último año, de nuevo nos sorprende el Concello de Pontevedra con la edición de un calendario de sobremesa, que en una tirada de cerca de 25.000 ejemplares a todo color se debe de acercar su coste a los 50.000 euros.
Huelga decir que no es competencia de una Administración local la publicación de almanaque alguno, máxime cuando todo el mundo lleva uno consigo en la agenda del teléfono móvil. Aun tendría una justificación de promoción turística de la ciudad en el exterior, pero la obra en cuestión producida por el Gabinete de Comunicación dependiente de la Alcaldía, va destinada a los vecinos de por aquí.
Es bastante obvio que el calendario del que hablamos desprende cierto aroma electoral, ya que muchas de las instantáneas reproducidas se refieren a obras y remodelaciones, algunas de ellas todavía sin inaugurar, lo que refuerza su valor de instrumento de propaganda financiado con fondos públicos, de todos los pontevedreses.
En otro orden, quizás llame también la atención la anarquía que siguen las fotografías que representan en número de dos, los diferentes meses del año. La palma, nunca mejor dicho, la lleva la inclusión de las cruces procesionales del Domingo de Ramos, que generalmente se verifica en abril, para ilustrar el mes de diciembre. Ni que fuera diseñado por alguien de Oleiros.
En todo caso se agradece que no se haya repetido la obsesiva y exclusiva muestra de fotografías de la Feira Franca con los que fuimos obsequiados el pasado año, como si no existieran otras tradiciones en Pontevedra.
A lo mejor nosotros, con bastante menos coste del calendario, hubiéramos ofrecido a los vecinos una reproducción del "Título de Ciudad" del que como es sabido ,se cumplieron 175 años. Bien es verdad que para eso habría que cambiar hasta el espíritu aldeano, que todo lo invade últimamente.