Leyendo hoy la entrada que hace en su blog Ramón Pedras, donde recuerda a Modesto Rodriguez Figueiredo, nos viene ahora a la mente una de las efemérides históricas más curiosas y desconocidas que recogió el citado Rodriguez Figueiredo.
No sé si con la próxima reforma de la calle del Naranjo o Laranxo, además de reponer esos árboles, se plantará algún ciprés, para este caso les damos permiso.
De todas formas esperemos que al embajador de Francia no le lleguen estas noticias.
En la fotografía tomada hacia 1950, está en la página del Concello, se ve todavía la citada huerta de los franciscanos aun sin urbanizar, salvo en los bordes, aunque debido a la desamortización ya había pasado a manos de particulares. Se puede apreciar también que aun no se había abierto la calle de Padre Luis.
Se refiere a que cuando en 1809 los franceses ocuparon Pontevedra, eligieron como bastión predilecto el convento de los franciscanos, hoy detentado por Hacienda, y en ese lugar instalaron además un hospital. Lo curioso es que la huerta norte de dicho convento, terrenos ubicados entre las calles del Laranxo, Cobián Roffignac y Aduana, hoy urbanizados, llegaron a ser utilizados como cementerio. Pero aun más llamativo es el dato que Figueiredo da de la nada despreciable cifra de ¡ochocientos! los franceses allí enterrados, ya víctimas de las escaramuzas entre los paisanos de la comarca, ya víctimas de las epidemias.
Creo que este asunto, del que desconocemos su base documental, no se recordó en ninguna exposición sobre la invasión francesa.No sé si con la próxima reforma de la calle del Naranjo o Laranxo, además de reponer esos árboles, se plantará algún ciprés, para este caso les damos permiso.
De todas formas esperemos que al embajador de Francia no le lleguen estas noticias.
En la fotografía tomada hacia 1950, está en la página del Concello, se ve todavía la citada huerta de los franciscanos aun sin urbanizar, salvo en los bordes, aunque debido a la desamortización ya había pasado a manos de particulares. Se puede apreciar también que aun no se había abierto la calle de Padre Luis.
¿Y estos franceses víctimas de la represeión fascista española, no tendrán derecho a una Ley de Memoria Histórica, y que les paguemos una pensión a sus tartaranietos?
ResponderEliminarQue lástima de finca, y que pena de oportunidades perdidas en los últimos años, para que Pontevedra tuviera un ensanche armonioso, e integrado con la naturaleza y el río.
andá, donde vivo yo, bajo mis pies hubo un cementerio de franceses y yo sin saberlo. Por cierto, ¿sabes si con la reforma de la calle Naranjo volverán a plantar los naranjos? y la fuente va a estar en el medio o en una esquina? porque creo que la van a poner justo a la salida de la tienda de congelados que hay en esa esquina, sería lamentable
ResponderEliminarRecuerdo la historia de una explosión pirotécnica en esta zona, y el incendio de un edificio, que no se si era una antigua fábrica, allá por finales de los sesenta o principio de los setenta. Me suenan ambas historias, quizá algún lector o D. Filiberto nos puedan ilustrar sobre estos aspectos.
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