La dársena portuaria de Pontevedra, cuya configuración data de los años veinte, está siendo estos días objeto de una obra que le devolverá los viejos adoquines ocultos tras varias capas de aglomerado asfáltico.
Es el adoquinado un sistema de pavimento muy empleado en las ciudades y villas a partir del pasado siglo XIX. En muchas urbes estos humildes hexaedros pétreos son las señas de identidad de los barrios, casos de Lisboa o Roma. En Francia le llaman pavés. Aquí también se le llama lastro.
No cabe duda de que los viejos muelles pontevedreses son una seña distintiva de la ciudad que en otro tiempo estuvo en contacto directo con la ría. Durante la primera mitad del pasado siglo se emplearon las explanadas portuarias para el tendido de las redes de cerco, y para el depósito de materiales como sales, carbones o tejas, que venían en pataches y galeones a vela. Quizás con la crisis energética haya que volver a estos sistemas de transporte.
Le cabe también el honor a la dársena pontevedresa el haber servido de escenario entre los años treinta y cincuenta para la disputa de partidos de waterpolo.
Hoy en día, a la espera de un plan para la recuperación de los usos náuticos, los muelles funcionan como un auténtico aparcamiento de vehículos.
Es el adoquinado un sistema de pavimento muy empleado en las ciudades y villas a partir del pasado siglo XIX. En muchas urbes estos humildes hexaedros pétreos son las señas de identidad de los barrios, casos de Lisboa o Roma. En Francia le llaman pavés. Aquí también se le llama lastro.
No cabe duda de que los viejos muelles pontevedreses son una seña distintiva de la ciudad que en otro tiempo estuvo en contacto directo con la ría. Durante la primera mitad del pasado siglo se emplearon las explanadas portuarias para el tendido de las redes de cerco, y para el depósito de materiales como sales, carbones o tejas, que venían en pataches y galeones a vela. Quizás con la crisis energética haya que volver a estos sistemas de transporte.
Le cabe también el honor a la dársena pontevedresa el haber servido de escenario entre los años treinta y cincuenta para la disputa de partidos de waterpolo.
Hoy en día, a la espera de un plan para la recuperación de los usos náuticos, los muelles funcionan como un auténtico aparcamiento de vehículos.
Con esta información hubiera hecho un interesante post. Mientras en la Zona Monumental destruimos el histórico adoquinado, viene Puertos a enseñarnos que hay que restaurarlo y ponerlo en valor.
ResponderEliminarSi es que donde no hay......
Sísar
Os adoquíns da época de Hevia resistiron ata a chegada do talibanismo ó goberno local.
ResponderEliminarAs lousas e lousiñas promocionadas polo Concello dos Camaradas escachan imparablemente. Haberá que facer inventario de desastres.