lunes, 14 de septiembre de 2009

Un muro chamuscado.




Resulta que el muro de las escaleras que llevan al templo de San Francisco, de los siglos XIV y XV, como reza el cartel informativo, apareció con signos de haber sufrido algún tipo de quemaduras.
Suponemos que los efectos de la chamusquina se habrán originado por culpa de algún artificio usado en la pasada Feira Franca.¿Quizás un ataque con bolas incendiarias lanzadas desde una catapulta? ¿O tal vez el efecto de los fuegos de artificio?
Lo cierto es que la zona de murallón afectada por las altas temperaturas abarca varios metros lineales, y se puede percibir una gama cromática que va desde el negro al albo ceniciento.
El chamuscado afectó incluso al rótulo que indica que estamos en los Xardíns dedicados al insigne arqueólogo Don Casto Sampedro.
Como no conocemos reseña de este hecho por la prensa de papel ni sabemos si Patrimonio Cultural abrió el oportuno expediente para sancionar a los responsables y sobre todo, reparar los daños causados, sólo esperamos que se eviten estos despropósitos en futuras ediciones.
Mientras la inmediata fuente del cantar “da de beber a quen pasa”, como si aquí no pasara nada.

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