Ahora que somos incapaces de redactar un plan de ordenación urbana y de solucionar el problema del tráfico rodado, en una época donde en la ciudad está tan de moda cerrar y achicar calles conviene que echemos la vista atrás.
A la vista de antiguos planos llamará la atención el rectilíneo trazado de la carretera de Ourense, que después se llamaría calle del Progreso y más tarde Benito Corbal y aun Loreiro Crespo en su segundo tramo.
¿Y a quien se le ocurriría el trazado de esta infraestructura que sirve de espina dorsal de la ciudad?.
Pues nada menos que a Pedro de Acuña, el sobrino del Arzobispo Malvar. Asi lo cuenta el célebre diccionario de Madoz, que recuerda que en 1804 se proyectó esa carretera para ser construida mucho más tarde hacia 1840, uniendo así, nada menos que la plaza de la Herrería con el resto del continente, pudiéndose emplear transportes de rueda frente las recuas de mulas ancestrales.
Mucho podríamos decir de esa calle de doce metros de ancho en el que está en vigor la ordenanza urbanística central que permite elevar los edificios hasta seis alturas.
En fin que gracias a ilustrados visionarios como Pedro de Acuña y los ingenieros del siglo XIX, más tarde veríamos en esa vía infraestructuras como el hospital o el cuartel de la guardia civil, garages como el de Costa Giraldez o el Gran Garage, hoteles como los desaparecidos Universo o Progreso, locales de restauración como Casa Celso, Calixto...o el Chiringuito, comercios como los de Inditex, etc,etc...
Mientras seguimos estrechando la ciudad,que nos va muy bien, valga un recuerdo para gente ilustrada con visión de futuro.
A la vista de antiguos planos llamará la atención el rectilíneo trazado de la carretera de Ourense, que después se llamaría calle del Progreso y más tarde Benito Corbal y aun Loreiro Crespo en su segundo tramo.
¿Y a quien se le ocurriría el trazado de esta infraestructura que sirve de espina dorsal de la ciudad?.
Pues nada menos que a Pedro de Acuña, el sobrino del Arzobispo Malvar. Asi lo cuenta el célebre diccionario de Madoz, que recuerda que en 1804 se proyectó esa carretera para ser construida mucho más tarde hacia 1840, uniendo así, nada menos que la plaza de la Herrería con el resto del continente, pudiéndose emplear transportes de rueda frente las recuas de mulas ancestrales.
Mucho podríamos decir de esa calle de doce metros de ancho en el que está en vigor la ordenanza urbanística central que permite elevar los edificios hasta seis alturas.
En fin que gracias a ilustrados visionarios como Pedro de Acuña y los ingenieros del siglo XIX, más tarde veríamos en esa vía infraestructuras como el hospital o el cuartel de la guardia civil, garages como el de Costa Giraldez o el Gran Garage, hoteles como los desaparecidos Universo o Progreso, locales de restauración como Casa Celso, Calixto...o el Chiringuito, comercios como los de Inditex, etc,etc...
Mientras seguimos estrechando la ciudad,que nos va muy bien, valga un recuerdo para gente ilustrada con visión de futuro.
Y es que hay decisiones, que se toman en determinados momentos, que abren las posibilidades de futuro de las ciudades, y su efecto perdura durante decenios, permitiendo el crecimiento urbanístico y el desarrollo de la actividad económica.
ResponderEliminarY hay otras decisiones urbanísticas, que al contrario, las obturan y suponen una losa para el futuro del desarrollo urbano y de la actividad económica.
Especialmente cuando las tomas funcionarios que hacen el papel de cretinos orgánicos....
Que grande el chiringuito sin el la historia de pontevedra no seria la misma.
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