En estos días de pertinaz sequía las autoridades municipales encargadas del abastecimiento de aguas vuelven sus miradas hacia los embalses.
Las de Pontevedra se ufanan de tener una buena reserva del líquido elemento para suministrarlo al concello de la capital y a los de su ría, en el embalse de Pontillón de Castro, en la parroquia de Verducido.
Pero, ¿cuando se construyó esta infraestructura?. Aunque las primeras ideas y prospeciones datan de tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, no será hasta los años cuarenta del pasado siglo XX cuando se emprenda esta construcción, que permitirá que el agua baje por gravedad.
Si acudimos a la prensa de aquellos días, por la del año 1946, nos enteraremos que uno de los mayores impulsores de este pantano fue el alcalde capitalino señor González Posada, el ingeniero de la misma Rafael Picó y el constructor Raimundo Vázquez.
El embalse denominado del Acibal recogería las aguas de ese arroyo y del San Vicente. El dique de contención mediría 130 metros de largo por 23 de altura y se estimaba una capacidad de 1.500.000 metros cúbicos.
Obviamente que desde entonces se hicieron muchas modificaciones en ese entorno, la última la de construir todo un complejo deportivo para la práctica del piragüismo,.
Pero hay que reconocer que si no es por los emprendedores y visionarios políticos de los difíciles años cuarenta hoy nos moriríamos de sed. Porque la prioridad de nuestro tiempo es la de instalar allí una playa fluvial. Todavía vivimos de antiguas rentas.
Las de Pontevedra se ufanan de tener una buena reserva del líquido elemento para suministrarlo al concello de la capital y a los de su ría, en el embalse de Pontillón de Castro, en la parroquia de Verducido.
Pero, ¿cuando se construyó esta infraestructura?. Aunque las primeras ideas y prospeciones datan de tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera, no será hasta los años cuarenta del pasado siglo XX cuando se emprenda esta construcción, que permitirá que el agua baje por gravedad.
Si acudimos a la prensa de aquellos días, por la del año 1946, nos enteraremos que uno de los mayores impulsores de este pantano fue el alcalde capitalino señor González Posada, el ingeniero de la misma Rafael Picó y el constructor Raimundo Vázquez.
El embalse denominado del Acibal recogería las aguas de ese arroyo y del San Vicente. El dique de contención mediría 130 metros de largo por 23 de altura y se estimaba una capacidad de 1.500.000 metros cúbicos.
Obviamente que desde entonces se hicieron muchas modificaciones en ese entorno, la última la de construir todo un complejo deportivo para la práctica del piragüismo,.
Pero hay que reconocer que si no es por los emprendedores y visionarios políticos de los difíciles años cuarenta hoy nos moriríamos de sed. Porque la prioridad de nuestro tiempo es la de instalar allí una playa fluvial. Todavía vivimos de antiguas rentas.
Pues si es así, inicio una suscripción de firmas popular para la inmediata aplicación de la Ley de Memoria Histórica sobre este ignominioso símbolo del Franquismo.
ResponderEliminarEsta infraestructura tiene que ser derribada inmediatamente. Una ciudad claramente progresista como Pontevedra no puede seguir abasteciéndose ni un minuto más de un símbolo obsceno de la dictadura criminal.
Estoy completamente seguro que todos y todas las buenas personas de izquierdas y progresistas prefieren pasar sed y vivir sin ducharse, que abastecerse de rodillas por esta obra del demonio !!!!!!!!!!!!!!!!!
¡¡Socialismo o muerte!!!! ¡¡¡Ni un paso atrás, camaradas!!!!!!!!!!
todavía recuerdo...
Eliminarcuando algún trabajador superviviente de esas obras (porque las obras no las hacían los patronos, ni el caudillo por la gracia de dios, tampoco los charlatanes de la falange: eran los obreros)
contaba el hombre como trabajaban de sol a sol con pico y pala haciendo túneles. Oiga, ni las gracias les dieron. Por sus jornales de miseria tuvieron que hacer las obras. Hoy (liberados aún de las tropas cautivas) se les dio un recibimiento en el concello y una placa como reconocimiento a su trabajo. Eso ocurrió en la villa y corte (siempre ciudad) del Ferrol del Caudillo. Ya ve usted que malos eran los rojos.
Bien, Josele! Tú dado ideas, pero estos genízaros pueden aprovecharlas.
ResponderEliminarEran tiempos aquellos cuarenta sin dinero, pero hay que enaltecer la figura de González Posada, su memoria, porque fue un buen administrador.
Y el invento de Pontillón do Castro sigue funcionando.
Xesús, a ver si estos tarados se animan y las ponen en marcha, que nos vamos a reír muchísimo.... y de paso a ver si a la gente "normal·" se le terminan ya de hinchar los cojones..... y luego nos reímos más todavía !!!!!!
ResponderEliminarse é uhma obra facha débese derrubar
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