Además de la infinidad de peregrinos, que en el día de Jueves Santo hemos visto por Pontevedra, muchos de ello a caballo, el hecho más destacable de la jornada ha sido la salida de la "procesión de los Pasos" que el año pasado no pudo celebrarse debido a la lluvia.
Esta vieja tradición pontevedresa, que se remonta al siglo XVI, se mantiene, en lo básico, a lo previsto por la antigua Tabla de Ceremonias de la villa.
Y asi, a pesar de la tarde invernal que se presentó, con chubascos intermitentes, la comitiva salió según el horario establecido de las inmediaciones de la Basílica de Santa María. Abríala la cruz parroquial de dicha iglesia, o de los mareantes, velada por un paño morado, e iba entre ciriales.
Acto seguido el paso de la Última Cena, una joya de la escultura popular recuperada hace unos años, después de estar ausente en las procesiones más de tres décadas. La acompañaba la Cofradía del Mayor Dolor, compuesta por mujeres. Quizás entre esas arcaístas tallas iría también sentado el apóstol Santiago el Mayor, el artífice de los Años Xacobeos.
Después, a hombros, hemos visto el paso de la Oración en el Huerto, acompañada por la Cofradía del Amor Hermoso, de la parroquia de San José.
Acto seguido apareció la Cofradía del Silencio, con las imágenes del Jesús Cautivo, que no pudo salir como "Nazareno" el martes santo debido a las inclemencias metereológicas, y el Paso de la Flagelación, cuyo Cristo se venera en la iglesia de San Francisco. Tras ellos el Ecce Homo o Cristo da Canela, copia exacta de una antigua talla dieciochesca, acompañada como es tradicional por la cofradía del Espíritu Santo. Seguía la procesión con el Paso de Jesús con la Cruz a Cuestas, alumbrada por la cofradía de ese nombre, y ya cerrando la comitiva, la Virgen de la Soledad, de la parroquia de San Bartolomé, portada también a hombros por miembros de la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia, a la par que iba escoltada, como antigua costumbre en esta ciudad, por un piquete de la Guardia Civil. El trayecto, matizado por las obras de la plaza de España, fue el de Avenida de Santa María, Alhóndiga, Bastida, Michelena para alcanzar el Paseo de Antonio Odriozola y ya entre las últimas camelias internarse en el barrio antiguo Pasantería abajo, para seguir por la calle Sarmiento, y subir por la Real, Curros Enriquez y Fernández Villaverde para desahcer asi lo andado y retornar a la plaza de Alonso de Fonseca.
Durante el trayecto las bandas de las cofradías, nacidas por y para la Semana Santa interpretaron emotivas marchas acordes con la solemnidad del día. Presidía la procesión el clero de Santa María.
Hay que señalar que pese a lo invernal de la noche numeroso público se había congregado en la carrera de la procesión. Recogida ésta muchas cofradías retornaron a sus parroquias con sus imágenes.
Esta vieja tradición pontevedresa, que se remonta al siglo XVI, se mantiene, en lo básico, a lo previsto por la antigua Tabla de Ceremonias de la villa.
Y asi, a pesar de la tarde invernal que se presentó, con chubascos intermitentes, la comitiva salió según el horario establecido de las inmediaciones de la Basílica de Santa María. Abríala la cruz parroquial de dicha iglesia, o de los mareantes, velada por un paño morado, e iba entre ciriales.
Acto seguido el paso de la Última Cena, una joya de la escultura popular recuperada hace unos años, después de estar ausente en las procesiones más de tres décadas. La acompañaba la Cofradía del Mayor Dolor, compuesta por mujeres. Quizás entre esas arcaístas tallas iría también sentado el apóstol Santiago el Mayor, el artífice de los Años Xacobeos.
Después, a hombros, hemos visto el paso de la Oración en el Huerto, acompañada por la Cofradía del Amor Hermoso, de la parroquia de San José.
Acto seguido apareció la Cofradía del Silencio, con las imágenes del Jesús Cautivo, que no pudo salir como "Nazareno" el martes santo debido a las inclemencias metereológicas, y el Paso de la Flagelación, cuyo Cristo se venera en la iglesia de San Francisco. Tras ellos el Ecce Homo o Cristo da Canela, copia exacta de una antigua talla dieciochesca, acompañada como es tradicional por la cofradía del Espíritu Santo. Seguía la procesión con el Paso de Jesús con la Cruz a Cuestas, alumbrada por la cofradía de ese nombre, y ya cerrando la comitiva, la Virgen de la Soledad, de la parroquia de San Bartolomé, portada también a hombros por miembros de la Cofradía de la Vera Cruz y Misericordia, a la par que iba escoltada, como antigua costumbre en esta ciudad, por un piquete de la Guardia Civil. El trayecto, matizado por las obras de la plaza de España, fue el de Avenida de Santa María, Alhóndiga, Bastida, Michelena para alcanzar el Paseo de Antonio Odriozola y ya entre las últimas camelias internarse en el barrio antiguo Pasantería abajo, para seguir por la calle Sarmiento, y subir por la Real, Curros Enriquez y Fernández Villaverde para desahcer asi lo andado y retornar a la plaza de Alonso de Fonseca.
Durante el trayecto las bandas de las cofradías, nacidas por y para la Semana Santa interpretaron emotivas marchas acordes con la solemnidad del día. Presidía la procesión el clero de Santa María.
Hay que señalar que pese a lo invernal de la noche numeroso público se había congregado en la carrera de la procesión. Recogida ésta muchas cofradías retornaron a sus parroquias con sus imágenes.
http://www.lavozdegalicia.com/pontevedra/2010/04/02/0003_8393060.htm
ResponderEliminarestaría bien una entrada sobre eso, Feijoo no está haciendo absolutamente nada a favor de nuestra ciudad.
Ohh de eso te puedo hablar yo largo y tendido si te identificas. De cómo pasamos de una subvención de peaje para Pontevedra y Morrazo (entre 40 y 80 viajes al mes) a una subvención solo para los vecinos de O Morrazo aislando a Pontevedra, gracias a BNG y Psoe.
ResponderEliminarSísar
yo te puedo hablar de lo que hizo Feijoo por Pontevedra hasta el día de hoy: NADA!
ResponderEliminarPero luego sí, nos interesa Pontevedra solamente, no los partidos políticos.
Después de esta Semana Santa, ya no me queda ninguna duda de que Pontevedra cuenta con la mejor de Galicia.
ResponderEliminarTampoco de que ello es posible aun con todo en contra: El Concello, la Policía Municipal (que ha brillado por su ausencia), la indiferencia de cualquier otro tipo de institución o entidad, y aparte del ninguneo de la TVG.
A pesar de la telemierda de toda España, de la presión social ambiente de la cultura de la muerte, la droga y el botellón, ahí han estado las Cofradías, llenas de gente joven, de chavales. De costaleros, de gente en las bandas, de cofrades en las filas.
Aun con todo el ambiente social en contra, con todos los ataques a la Iglesia y a la Fe cristiana, la juventud da la cara, deja por unos días sus quehaceres y diversiones y se implica en la Semana Santa.
También han estado ahí los pontevedreses, en la calle, colaborando y celebrando un año más la Semana Santa.
Lo que no han estado son los turistas y los visitantes, que con otra actitud por parte de los encargados de promocionar el turismo y la Cultura, 8o dicho de otro modo, si hicieran el trabajo para el que les pagamos sus sueldos, dietas, y el día de mañana su jubilación) se habrían enterado de que esta ciudad tiene un gran motivo para venir a disfrutar en la Semana Santa, en vez de tirar hacia Viveiro, Ferrol, o Cangas. Que con todo el cariño y respeto, no tienen unas celebraciones como las nuestras, aunque sí las han ssabido vender, para beneficio de tod la hostelería y prestigo de sus respectivas ciudades.
Gracias desde aquí a todos los que desisnteresadamente han colaborado con la Semana Santa de Pontevedra.