lunes, 8 de marzo de 2010

El espigón de Santa María.


Se procede a dar, tal vez los últimos retoques, al nuevo espigón erigido entre la Avenida de Santa María y la rúa de la Amargura.
Ya se procedió al forrado con maderas del país, tropical claro, a ese elemento multifunción porque va provisto de un banco corrido y de un macetero en su azotea.
La estructura y los reposabrazos de dicha bancada son de acero inoxidable, para enriquecer más si cabe la muestra de decimonónicos hierros de aquella plazuela, que contiene la líneal verja del Palacete de las Mendoza con sus florones de remate, y la fuente metálica, ahora presentada como un catafalco, o tal vez como una baliza o faro. Porque hay que reconocer que la nueva intervención realizada evoca más a un entorno náutico con sus pantalanes que a un centro ¿histórico?
Cualquier día se procede a inundar el foso para representar un combate naval.

5 comentarios:

  1. Seria muy interesante conocer los precios modificados que debe haber emitido la empresa constructora...
    Ese banquito nos va a costar una pasta...que lo pague la Sr. casal...
    En cualquier caso D. Filiberto ha estado usted muy acertado en todo.

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  2. Me dan ganas de llorar al ver el resultado final.
    Hay que hacer una protesta silenciosa el día que hagan la comilona de inauguración.

    Sísar

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  3. Es una vergüenza la intervención en este entorno. Es que van de despropósito en despropósito, desde los macrodetalles del diseño del proyecto en alzado y planta, hasta los microdetalles de los materiales escogidos.

    Todo esto lo hacen a propósito, para desfigurar el pasado, para castrarlo, para reconducirlo,para deformarlo, para que nuestros espacios de la zona monumental no tenga capacidad de evocación de las realidades que constituyeron nuestra historia verdadera. También para eliminar la capacidad de evocación de nuestra memoria íntima, de la infancia, ya que tienen que mentir también sobre su propia biografía.

    Dan asco.

    Váyanse o a la mierda, o a la puta mierda, "señores".

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  4. Esta visto que no hay nada más destructor para el Patrimonio, que nuevos ricos con pasta. Y pena de dinero así tirado, que ahora va a faltar y que pudo haber sido utilizado en necesidades más perentorias que desfacer lo que estaba hecho.

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  5. Además del mal gusto aportado, el sobregasto contínuo, aún tendrán que poner la obra más a punto.
    Al espigón le faltan todavía los postes con alambre de espino para el ajuste ideológico,el gulag como objeto final.
    Ya eres Gulag, Pontevedra, pero menos que mañana.
    Para eso han llegado los Camaradas al Concello hace diez años.

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