Si ha existido en los últimos cincuenta años una asignatura pendiente en cuanto a la protección de nuestro patrimonio cultural, esa ha sido la de los entornos de los monumentos. En esto los gallegos, en todos los sentidos del término, hemos sido los más descuidados y todavía estamos a años luz de los países europeos, y aun de otras regiones españolas.
Muchas de las cicatrices dejadas por el rápido desarrollo urbano de los años sesenta principalmente, todavía no han sido resueltas. En algunos casos el advenimiento de la Autonomía con su dispersión de competencias y sus golferías, no ha servido más que para agravar el problema.
En Pontevedra tenemos sobrados ejemplos de que poco vale proteger un edificio sino se tiene en cuenta su inserción en el entorno urbano y topográfico. Caso llamativo , el de la Basílica de Santa María, un edificio que nació para la ría y que ahora es imperceptible desde ese ámbito.
Pero hasta en espacios como el de la Alameda no ha existido la mesura ni la racionalidad en las edificaciones. El entorno paisajístico del Monasterio de Lérez, el "Paraíso o Templo de Tesalia" para el Padre Sarmiento, también nos lo hemos cargado, y aun seguimos en ese plan.
Ahora se pretende, tras varias décadas, tratar de disimular, a través de un proyecto que salga de un concurso de ideas, las ya famosas medianeras o fachadas traseras que enmarcan el Santuario de la Peregrina, visto desde la Herrería y otros puntos.
Seguro que el tema no es fácil pero la situación actual, a la que nos hemos acostumbrado como algo propio y normal, reclama alguna solución cuando menos estética. Como por ahora todavía no se conoce el proyecto o la idea técnica previa, poco se puede decir de este viejo asunto.
Muchas de las cicatrices dejadas por el rápido desarrollo urbano de los años sesenta principalmente, todavía no han sido resueltas. En algunos casos el advenimiento de la Autonomía con su dispersión de competencias y sus golferías, no ha servido más que para agravar el problema.
En Pontevedra tenemos sobrados ejemplos de que poco vale proteger un edificio sino se tiene en cuenta su inserción en el entorno urbano y topográfico. Caso llamativo , el de la Basílica de Santa María, un edificio que nació para la ría y que ahora es imperceptible desde ese ámbito.
Pero hasta en espacios como el de la Alameda no ha existido la mesura ni la racionalidad en las edificaciones. El entorno paisajístico del Monasterio de Lérez, el "Paraíso o Templo de Tesalia" para el Padre Sarmiento, también nos lo hemos cargado, y aun seguimos en ese plan.
Ahora se pretende, tras varias décadas, tratar de disimular, a través de un proyecto que salga de un concurso de ideas, las ya famosas medianeras o fachadas traseras que enmarcan el Santuario de la Peregrina, visto desde la Herrería y otros puntos.
Seguro que el tema no es fácil pero la situación actual, a la que nos hemos acostumbrado como algo propio y normal, reclama alguna solución cuando menos estética. Como por ahora todavía no se conoce el proyecto o la idea técnica previa, poco se puede decir de este viejo asunto.
Hay un feísmo como este de la Peregrina, y un mediofacerismo general en el urbanismo de Galicia que son evidentes.
ResponderEliminarLuego hay otro feísmo no relacionado con el entorno de los monumentos, sino con la degradación de la belleza natural de los lugares. Ejemplo, todo el destrozo urbanístico de las Rías Baixas, del cual Sangenjo es un paradigma. Y siguen los tíos degradando y construyendo como y donde no deben.
Y también hay un tercer feísmo, con carta de naturaleza legal, camuflado de sana y bien intencionada intervención administrativa, como pueden ser las pollas luminosas del casco vello de Pontevedra, o la intervención mierdosa en el Campillo y en la Avenida de Santa María que estamos viendo estos días.
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ResponderEliminarHai outro entorno que se nos escapa: o de san Bartolomeu, que mantén na fachada do templo a especie de palco deseñada por Fole, sen que Patrimonio se ocupase de frea-la agresión.
ResponderEliminarOutro disparate é o propio edificio do novo Museo, que parece ilegal. Cando derrubaron a imprenta do Fogar e un dos edificios de Fogar Provincial, quedou á vista o templo de San Bartolomeu en toda a súa esplendidez.
A día d´hoxe mantense agradido o templo por restos de obra do novo Museo, ademais de afeado polos pasos elevados do propio Museo.
Ah, cargáronse o espléndido muro que proseguía na línea dos Arcos de San Bartolomeu. ¡Ese sí era un muro integrado naquel espacio e non o que agora fixeron, excedido de volume!
O chan novo por tras do tamén novo Museo, xa esgaza, fende por mal asentado ou por ser de mala calidade.
Efectivamente o muro que baixaba polos arcos de San Bartolomeu
ResponderEliminarOnte comezaron a enlousa-la rúa San Sebastián.
ResponderEliminarPersoal portugués que parece traballo ben. Xa me gostaría a min ver a Mosquera ou Lores, ou Bará, facere traducción simultánea, se pensan que o galegués ó que conduciron o noso idioma lles vale pra eso.
Outra cousa, xa comentada neste blog. En contra do dito por dona Teresa Casal, a obra non vai quedar como San Román, porque os adoquíns que lle meten son de cemento. Vai quedar como a Don Filiberto, mal pola cativez dese material.