Probablemente en la avenida de Augusto García Sánchez y en el entorno de la plaza de Galicia, se encuentren las aceras más anchas de Pontevedra, que ya les gustaría tener a capitales como Tokio o Nueva York.
Ese espacio urbano tuvo su origen en el desmantelamiento de la vieja estación de ferrocarril de Campolongo, y gracias a la política del Ministerio de Vivienda de los años sesenta, se acabó por ubicar allí un polígono residencial con sus respectivas zonas verdes.
Por eso ahora no se entiende la obsesión enfermiza por seguir ampliando las aceras y robarle más espacio si cabe aun al automóvil. Al menos si en la época de vacas gordas hubieran hecho una buena obra de planificación urbana, como en la calle Urzáiz de Vigo, Romero Donallo en Santiago o Juan XXIII en Orense, donde consiguieron hacer estacionamientos subterráneos...Pero destinaron todos los esfuerzos al maquillaje urbano de tantos réditos electorales inmediatos...
Los extraterrestres del gobierno municipal aun no se enteraron que la citada avenida cumple un papel fundamental a la hora de dar un servicio al cada vez más estrangulado gheto urbano. Aun existen supermercados, restaurantes, gestorías, copisterías, etc. que viven del mundo real. Quizás lo que demanden los negocios de esa zona sea precisamente facilidades para el aparcamiento de vehículos, ahora regulado por agentes de la sociedad civil, los clásicos gorrillas.
Lo de Pontevedra es espeluznante. Estamos ante las puertas del mayor estallido sociolaboral del que se tiene constancia y venga, las prioridades de los citados extraterrestres - es que no encuentro otra denominación - son poner lombos, anchear aceras y hacer paseos.
Ese espacio urbano tuvo su origen en el desmantelamiento de la vieja estación de ferrocarril de Campolongo, y gracias a la política del Ministerio de Vivienda de los años sesenta, se acabó por ubicar allí un polígono residencial con sus respectivas zonas verdes.
Por eso ahora no se entiende la obsesión enfermiza por seguir ampliando las aceras y robarle más espacio si cabe aun al automóvil. Al menos si en la época de vacas gordas hubieran hecho una buena obra de planificación urbana, como en la calle Urzáiz de Vigo, Romero Donallo en Santiago o Juan XXIII en Orense, donde consiguieron hacer estacionamientos subterráneos...Pero destinaron todos los esfuerzos al maquillaje urbano de tantos réditos electorales inmediatos...
Los extraterrestres del gobierno municipal aun no se enteraron que la citada avenida cumple un papel fundamental a la hora de dar un servicio al cada vez más estrangulado gheto urbano. Aun existen supermercados, restaurantes, gestorías, copisterías, etc. que viven del mundo real. Quizás lo que demanden los negocios de esa zona sea precisamente facilidades para el aparcamiento de vehículos, ahora regulado por agentes de la sociedad civil, los clásicos gorrillas.
Lo de Pontevedra es espeluznante. Estamos ante las puertas del mayor estallido sociolaboral del que se tiene constancia y venga, las prioridades de los citados extraterrestres - es que no encuentro otra denominación - son poner lombos, anchear aceras y hacer paseos.
Están mal de la cabeza, la peatonalización está bien si la conjugas con un buen transporte público y aparcamientos subterráneos a precios asequibles, cosa que en Pontevedra no hay.
ResponderEliminarPero ellos solo saben ensanchar aceras, lo que no entiendo es por qué no se quejan los comerciantes y vecinos.
Están loucos e siguen coa súa teima de paraliza-la cidade.
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