sábado, 4 de diciembre de 2010

Centenario de la aviación en Pontevedra


Aprovechando la declaración del estado de alarma, provocado por la endeblez del Estado, que ha permitido el bloqueo del sistema aeroportuario español, es buen momento para comentar el primer vuelo en aeroplano que se vió en Pontevedra. Hecho cuyo centenario se conmemorará, si quiere la próxima Corporación municipal, precisamente el próximo mes de agosto.
La contratación del espectáculo aeronáutico del piloto francés Leonce Garnier, está vinculado, sin duda, a las célebres fiestas agosteñas de la Peregrina del año 1911, donde se inauguró además, el Monumento a los Héroes de Ponte Sampaio.
No fue fácil traer esa novedosa exhibición aérea a Pontevedra, pues el primer gran problema que surgió, fue nada menos que el de la irrupción de la ciudad de Vigo, para "robarnos" esta exclusividad. Cruces de notas de prensa entre el Noticiario de Vigo y el Diario de Pontevedra asi lo atestiguan.
Parece ser que el piloto quería incumplir la cláusula de su contrato que le obligaba a volar en la capital entre los días 20 y 23 de agosto, con la prohibición de hacerlo durante una larga temporada en otras poblaciones de la provincia. Lo cierto es que se llegaron hasta organizar manifestaciones populares de apoyo al Gobernador Civil para que impidiera volar en Vigo a Garnier el día 19 de ese mes. Se deduce no obstante que se consiguió, no sin esfuerzo y quedar depauperadas las relaciones entre ambas ciudades.
Y como a lo mejor en estos momentos hay muchos pontevedreses atrapados en los diferentes aeropuertos de nuestra geografía hispana, no se nos ha ocurrido otra cosa que reproducir la crónica del "Diario de Pontevedra" de 21 de agosto de 1911 donde se recoge el hecho del primer vuelo acaecido el día 20.
Decir antes de nada que piloto y aeroplano llegaron por ferrocarril a la ciudad, la estación estaba situada en la plaza de Galicia, para ser conducido el aparato en camión hasta el Borrón y después desde allí ser transportado por el río Lérez en una gabarra, hasta la junquera del mismo nombre, lugar donde se habilitaría el aeródromo.

El día de ayer. Garnier hace cuatro vuelos soberbios. En la crónica de nuestras fiestas veraniegas será memorable la fecha de ayer. Desde muy temprano tenía Pontevedra el sugestivo aspecto de una gran población en fiebre. Automóviles y coches por todas partes, los trenes vomitando gente, las calles invadidas de forasteros, los cafés atestados hasta las aceras, los hoteles y casas de comidas cerrando sus puertas para impedir el asalto...El espectáculo era imponente, pintoresco, como jamás se recuerda en Pontevedra. El día estaba además espléndido de luz y de temperatura, contribuyendo al éxito de esta página de fiestas que empezaban con los vuelos de Garnier y terminaba con las estocadas de Machaquito. Eran las ocho de la mañana y estaba ya atestado el campo de la Junquera, donde tenía montado su monoplano el gran aviador francés. En los palcos lucían sus encantos muchas mujeres hermosas, vaporosamente ataviadas con sus vestidos de mañana. Las márgenes del río Lérez, las robledas inmediatas, los montes cercanos, el puente del Burgo, los parages del Monte Porreiro, eran otras tantas posiciones estratégicas donde se agolpaban en masas pintorescas miles y miles de personas, llenas de espectación por contemplar por primera vez esta maravillosa conquista de la ciencia, que permite a los hombres atravesar el espacio con la sublime majgestad de los condores y las águilas. Las avenidas de la Junquera estaban ocupadas por fuerzas de infantería, guardia civil y carabineros, para impedir el acceso de los curiosos como no fuese por los lugares previamente dispuestos. Todo estaba perfectamente previsto. Desde la seis estaba Garnier en este campo con su bella esposa y el hábil mecánico que le acompaña preparando el monoplano que había de llevarle a las alturas. A las nueve menos cuarto hizo Garnier su primer vuelo preparatorio con el más feliz de los éxitos. Varios individuos de la Cruz Roja contenían el aparato por el timón. El mecánico puso en movimiento la hélice. Un minuto después levantaba Garnier su mano derecha para que despejasen todos y el aparato rodó ocho o diez metros por el campo, perdiendo después el terreno. La multitud asombrada vió que la máquina, dejando la tierra ganaba el aire, y ascendía rápidamente. Sonó una gran ovación de aplausos y bravos mientras el monoplano llegó hasta cien metros de altura y daba cuatro vueltas en torno de aquel amplio parage. Seis minutos después aterrizaba en el mismo punto de partida en medio de clamorosas ovaciones. A las nueve y veinte minutos hizo un segundo vuelo, a las diez menos cuarto el tercero y a las diez y ocho minutos el cuarto. Garnier permaneció en los aires de ocho a diez minutos en cada vuelo, dando en cada uno de ellos cuatro vueltas lucidísimas a diferentes alturas. La mayor fue a 300 metros. En alguno de los vuelos llegóo hasta Pontevedra, rozando casi los edificios más altos, desde los cuales era saludado con vivas y aplausos. En las dos últimas ocasiones hizo virages magníficos. Puede asegurarse que se le ha visto desde todos los puntos de la población. Hubo momentos en que parecía descender sobre la multitud y era inevitable sentir el escalofrío de las grandes catástrofes. Repuesto el público de la primera impresión, prorrumpía en aplausos, mientras el famoso aviador pasaba por encima de sus cabezas pilotando serenamente la prodigiosa máquina. Garnier consiguió siempre aterrizar en el mismo punto de partida con precisión matemática. A las once terminó la inolvidable fiesta dejando en todos los ánimos la emoción vivísima en lo grandemente maravilloso. Garnier hacía después muchos elogios de las admirables condiciones del campo y de los oberbios panoramas que había contemplado desde el monoplano en este hermoso pedazo de tierra gallega. El moviemiento de coches y automóviles al campo fue inusitado durante el tiempo que duró la fiesta. Se repetirá pasado mañana.

3 comentarios:

  1. Leonce Garnier fue hace cien años y hora Leoncio Feijoo también se echa a volar y le echa un valor que solo los valientes...

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  2. Suscribo el comentario anterior. Mucha suerte! Xesús.

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  3. Tiene usted que contar lo que currió en su presentación. María Núñez en el diario, cronica política,dice que tendrá que subir en seriedad. ¿Les toman de cachondeo?

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