En la foto de “Rafa”, de 1964, podemos ver la plaza de Valentín García Escudero, cuando funcionaba como hall de entrada a la ciudad, de nódulo de accesibilidad, permitiendo la distribución del tráfico que proveniente del puente del Burgo, se podía dirigir por la calle de Arzobispo Malvar, Sierra, etc. En ese espacio diáfano, es perceptible el tendido aéreo de la catenaria del trolebús, así como la presencia de una bomba de gasolina a la altura del desaparecido negocio de la ferretería del puente. Se ven asimismo los edificios del antiguo Gimnasio o baile del Teucro, ya derribados, y adquirido su solar por el Colegio de Arquitectos, pero que con la crisis, no hay fecha para la realización de su sede.
Como también es muy improbable realizar la musealización del amortizado yacimiento arqueológico allí ubicado.
Como también es muy improbable realizar la musealización del amortizado yacimiento arqueológico allí ubicado.
Por lo de pronto está bloqueada la ciudad antigua por este borde con la ruina de los negocios que eso conlleva. Ya parece una auténtica cárcel.
Cárcere. Ésa é a palabra: o deseño Gulag pra esta cidade á que se lle nega a calidade de vida.
ResponderEliminarConocín o barrio da Ponte cando neno e ata o dagora. Era un barrio vivo, e Valentín García Escudero era, efectivamente, o espacio polo que transitaba o progreso: tranvía, trolebús, tránsito que ía ou viña, que convertían á zona vella nun verdadeiro superpermercado con siareiros en todo o hinterland,nas parroquias do rural, ás que agora se lles prohibe entrar na cidade.
A Berlín Este, gobernada por los socialistas también le pasaba el mismo problema...
ResponderEliminarSerá casualidad, digo yo.