Ahora que se pone en entredicho la existencia de los furanchos en Pontevedra, ¡por falta de tradición! habría que decir que otra cosa no habrá en la Historia de nuestra Villa que disposiciones reguladoras sobre la venta del vino.
Gracias a prolijas Ordenanzas publicadas entre los siglos XV y XVII sabemos como funcionaba el negocio del vino en nuestro municipio . Su importancia fue tal que llegó a superar incluso en facturación a productos como la sardina.
La obsesión de nuestros munícipes estribaba en que se consumiese en primer lugar, el vino propio de la tierra, aquel que se recogía en las viñas a las que le alcanzaba el sonido de la campana de San Bartolomé, o vello. Después y en ciertas condiciones se autorizaba la venta de los traídos de Ribadavia, Salvaterra y otras comarcas.
Algunas curiosidades de una Ordenanza entorno a 1600 prescribía que para vender vino "atabernado" había que ser vecino de la villa; no se podían tener abiertas más de dos pipas o toneles uno de blanco y otro de tinto, los cuales deberían tener encima un paño "porque no aiga polvo"; siendo la bodega obscura tenga luz encendida para que se vea lo que se mide, dejando reposar el vino en la medida hasta que se deshaga la espuma...Medidas que hoy en día ratificaría la administración sanitaria.
Sobre este asunto de las Ordenanzas, y el del rito do abillado, Filgueira Valverde escribió en 1979 que "calquera podía porse a despachar o seu viño nunha taberniña feita a presa, con tal de poñer sobre a lumieira da porta un ramo de loureiro, tal que xa o facían os románs"
¡Sino es esta la definición de los furanchos.! Otra cosa es que después se haya desvirtuado la función de las tabernas habilitadas para despachar los excedentes del vino de casa.
Nosotros hemos encontrado una reseña de prensa, ya centenaria, data de 1908, en la que se da cuenta de la existencia de un furancho entre el trayecto que va de Salcedo a San Xoan de Poio:
"...Mira Pedriño eu creo que será mellor que botemos un neto no furancho do tío Marcelino e falaremos con máis libertad...Los dos paisanos penetraron en una tosca choza de adoves y tejas situada a uno de los lados de la carretera. Después de hacerse servir varias tazas de vino salieron al camino poco menos que dando traspiés y tomaron dirección hacia el convento..."
En fin todavía hoy en la comarca de Pontevedra se cultivan más hectáreas de viña que en la furancheira de Morrazo.
Gracias a prolijas Ordenanzas publicadas entre los siglos XV y XVII sabemos como funcionaba el negocio del vino en nuestro municipio . Su importancia fue tal que llegó a superar incluso en facturación a productos como la sardina.
La obsesión de nuestros munícipes estribaba en que se consumiese en primer lugar, el vino propio de la tierra, aquel que se recogía en las viñas a las que le alcanzaba el sonido de la campana de San Bartolomé, o vello. Después y en ciertas condiciones se autorizaba la venta de los traídos de Ribadavia, Salvaterra y otras comarcas.
Algunas curiosidades de una Ordenanza entorno a 1600 prescribía que para vender vino "atabernado" había que ser vecino de la villa; no se podían tener abiertas más de dos pipas o toneles uno de blanco y otro de tinto, los cuales deberían tener encima un paño "porque no aiga polvo"; siendo la bodega obscura tenga luz encendida para que se vea lo que se mide, dejando reposar el vino en la medida hasta que se deshaga la espuma...Medidas que hoy en día ratificaría la administración sanitaria.
Sobre este asunto de las Ordenanzas, y el del rito do abillado, Filgueira Valverde escribió en 1979 que "calquera podía porse a despachar o seu viño nunha taberniña feita a presa, con tal de poñer sobre a lumieira da porta un ramo de loureiro, tal que xa o facían os románs"
¡Sino es esta la definición de los furanchos.! Otra cosa es que después se haya desvirtuado la función de las tabernas habilitadas para despachar los excedentes del vino de casa.
Nosotros hemos encontrado una reseña de prensa, ya centenaria, data de 1908, en la que se da cuenta de la existencia de un furancho entre el trayecto que va de Salcedo a San Xoan de Poio:
"...Mira Pedriño eu creo que será mellor que botemos un neto no furancho do tío Marcelino e falaremos con máis libertad...Los dos paisanos penetraron en una tosca choza de adoves y tejas situada a uno de los lados de la carretera. Después de hacerse servir varias tazas de vino salieron al camino poco menos que dando traspiés y tomaron dirección hacia el convento..."
En fin todavía hoy en la comarca de Pontevedra se cultivan más hectáreas de viña que en la furancheira de Morrazo.
Pontevedra furancheira e ceibe.
ResponderEliminarGrazas dende Marcón.