La decoración de la Feira Franca

Ni las barracas de las fiestas en la Alameda, ni los palcos de música, ni la plantá de las fallas, se hacen con tantos días de antelación como se hacen en Pontevedra los preparativos de su Feira Franca.

Pues si no eran pocos los problemas de accesibilidad hacia lo que llamamos su Centro Histórico, la premura en instalar toda la decoración para un escaso día de fiesta no hace más que agravar esos inconvenientes. Da lo mismo que esté en obras la plaza de España, que existan unos andamios en el antiguo Savoy o en el edificio de Sarmiento, que esté cerrado también el paso en la calle Flórez, García Esudero, etc. Da lo mismo. El deporte local es cerrar e impedir al máximo los accesos a la ciudad, en este caso la antigua, como si realmente existiera una voluntad atávica de fiscalizar a todo aquel que quiera circular por ese recinto urbano.

Todo en esta vida tiene un tiempo. Y no por adelantar el montaje de los decorados urbanos, que a fin de cuentas no hacen más que restarle autenticidad a los que quieran contemplar los soportales de la Herrería y otras perspectivas históricos-artísticas de la ciudad, va a salir mejor la fiesta. Además se aumenta el peligro de incendio de muchas viviendas al concentrar tanto material combustible durante muchos días de una forma frívola e irresponsable. Que no suceda ningún percance.