Despues de muchisimas decadas de figurar en el callejero urbano de Pontevedra, el nombre de Fernandez Ladreda, ahora se descubre que fue un ministro de Franco y que segun las mal llamadas asociaciones para la recuperacion de la memoria historica, estuvo implicado en las actividades represivas de 1936 y años sucesivos, por lo que le hacen automaticamente indigno de figurar en el nomeclator de la ciudad.
Y eso que el nombre de Fernandez Ladreda estaba avalado por el actual gobierno bipartito local, al que se rotulo en su placa como "politico y cientifico".
Lo cierto es que un cambio de nombre para esta avenida afectaria ahora, ademas de residentes y negocios a toda una maquina administrativa como es el edificio de todas las Consellerias de Xunta y a la sede de la Agencia Tributaria.
Y eso que el nombre de Fernandez Ladreda estaba avalado por el actual gobierno bipartito local, al que se rotulo en su placa como "politico y cientifico".
Lo cierto es que un cambio de nombre para esta avenida afectaria ahora, ademas de residentes y negocios a toda una maquina administrativa como es el edificio de todas las Consellerias de Xunta y a la sede de la Agencia Tributaria.
Faro de Vigo 06/06/2010
José María Fernández Ladreda disfrutaba especialmente del reconocimiento público y durante su etapa como ministro dio nombre a decenas de calles y avenidas españolas. Varios municipios asturianos iniciaron ya en 1979 la retirada de su nombre del callejero. El más reciente en plantear el cambio ha sido Candás y las asociaciones de la Memoria piden que Pontevedra siga su ejemplo. ¿Su argumentación? Fernández Ladreda no sólo apoyó la insurgencia militar y se benefició de las prebendas del régimen franquista (entre ellas una cartera de ministro) sino que formó parte del aparato de represión.
S. R. - PONTEVEDRA Hijo de un coronel, José María Fernández Ladreda fue militar y llegó a comandante, pero su verdadera proyección la conseguiría en la actividad industrial y, especialmente, en la carrera política: ya durante la dictadura de Primo de Rivera llegó a ser alcalde y en 1933 obtiene el acta de diputado. Ese día juró fidelidad a las cortes republicanas, voto que revisó oportunamente ya el mismo 19 de julio de 1936 cuando da todo su apoyo al alzamiento y lo hace en plena plaza militar de Oviedo.
Arranca así una carrera ascendente que lo llevará a organizar en los siguientes meses las llamadas "compañías de voluntarios de Oviedo" y a prestar servicios al coronel Aranda, unos "trabajos" que el régimen recompensará generosamente al industrial, de modo que sólo unos años después esta condición de rico empresario lo llevará hasta encabezar el Ministerio de Obras Públicas.
Y es a partir de ese 1945 cuando el nombre de José María Fernández Ladreda se multiplica en decenas de calles españolas, muy especialmente asturianas y gallegas.
¿Por qué un político mediocre en tanto nomenclátor local? Lo explican las Asociaciones de la Memoria asturianas: "El motivo está en el periodo histórico, un momento en el que el halago al ministro de turno era el mecanismo habitual para conseguir las inversiones más imprescindibles en un país sumido en la miseria de la postguerra".
A mayores, los historiadores convienen en que "gustaba especialmente de esta deferencia, en esa época otros ministros tenían una proyección idéntica y su nombre no figura en tantas calles, por lo que la hipótesis de trabajo es que dejaba caer a los respectivos alcaldes que ese reconocimiento será un paso muy positivo para conseguir la obra solicitada, era un procedimiento no excesivamente raro en el franquismo".
Y si de algo había dado muestras Fernández Ladreda es de conocer bien el mecanismo del Régimen. Consultado por este periódico, el reciente Premio da Crítica 2010 y comisario de la exposición Memorial da Liberdade, Enrique Acuña, explica que "o que xa poden probar os historiadores asturianos e no que se basea a retirada do seu nome ás rúas e avenidas é non só que fose un destacado membro do franquismo senón que formou parte do aparato de represión dentro dos tribunais militares, desempeñando o posto de vocal no consello de guerra sumarísimo de oficiales xerais, que se encargaba de xulgar aos militares que durante a guerra permaneceron leais á República".
Pero igual que llegó los reconocimientos (acumuló una ingente cantidad de condecoraciones, distinciones civiles, militares o científicas y todo tipo de nombramientos) se desvanecieron. Los primeros en cuestionar tanta alabanza fueron los municipios asturianos, que mayoritariamente optaron a partir de 1979 por retirar su nombre de las calles.
El ejemplo más reciente es Candás, en quien se fijan las asociaciones de la Memoria Histórica de Pontevedra para reclamar al ayuntamiento que actualice el nomenclátor local y retire el nombre de Fernández Ladreda.
Señalan que "las localidades asturianas convinieron en que esa denominación oficial de calle o avenida de Fernández Ladreda es una manifesta exaltación personal de la sublevación militar, la guerra civil y la represión de la ditadura, conforme a lo indicado en el artículo 15 de la Ley".
Arranca así una carrera ascendente que lo llevará a organizar en los siguientes meses las llamadas "compañías de voluntarios de Oviedo" y a prestar servicios al coronel Aranda, unos "trabajos" que el régimen recompensará generosamente al industrial, de modo que sólo unos años después esta condición de rico empresario lo llevará hasta encabezar el Ministerio de Obras Públicas.
Y es a partir de ese 1945 cuando el nombre de José María Fernández Ladreda se multiplica en decenas de calles españolas, muy especialmente asturianas y gallegas.
¿Por qué un político mediocre en tanto nomenclátor local? Lo explican las Asociaciones de la Memoria asturianas: "El motivo está en el periodo histórico, un momento en el que el halago al ministro de turno era el mecanismo habitual para conseguir las inversiones más imprescindibles en un país sumido en la miseria de la postguerra".
A mayores, los historiadores convienen en que "gustaba especialmente de esta deferencia, en esa época otros ministros tenían una proyección idéntica y su nombre no figura en tantas calles, por lo que la hipótesis de trabajo es que dejaba caer a los respectivos alcaldes que ese reconocimiento será un paso muy positivo para conseguir la obra solicitada, era un procedimiento no excesivamente raro en el franquismo".
Y si de algo había dado muestras Fernández Ladreda es de conocer bien el mecanismo del Régimen. Consultado por este periódico, el reciente Premio da Crítica 2010 y comisario de la exposición Memorial da Liberdade, Enrique Acuña, explica que "o que xa poden probar os historiadores asturianos e no que se basea a retirada do seu nome ás rúas e avenidas é non só que fose un destacado membro do franquismo senón que formou parte do aparato de represión dentro dos tribunais militares, desempeñando o posto de vocal no consello de guerra sumarísimo de oficiales xerais, que se encargaba de xulgar aos militares que durante a guerra permaneceron leais á República".
Pero igual que llegó los reconocimientos (acumuló una ingente cantidad de condecoraciones, distinciones civiles, militares o científicas y todo tipo de nombramientos) se desvanecieron. Los primeros en cuestionar tanta alabanza fueron los municipios asturianos, que mayoritariamente optaron a partir de 1979 por retirar su nombre de las calles.
El ejemplo más reciente es Candás, en quien se fijan las asociaciones de la Memoria Histórica de Pontevedra para reclamar al ayuntamiento que actualice el nomenclátor local y retire el nombre de Fernández Ladreda.
Señalan que "las localidades asturianas convinieron en que esa denominación oficial de calle o avenida de Fernández Ladreda es una manifesta exaltación personal de la sublevación militar, la guerra civil y la represión de la ditadura, conforme a lo indicado en el artículo 15 de la Ley".
La mayestática grandeza de este personaje, me recuerda a otro subliminalmente entrañable y merecedor de tantas honras y calles, como Fernández Ladreda, "el valiente":
ResponderEliminar"Dos de los últimos emperadores merecen mención especial. Uno de ellos fue Heliogábalo (o Elagábalo), un tirano depravado de la línea de Calígula y Nerón.
Heliogábalo, aún muy joven, escogió su propio nombre, deseando característicamente denominarse Elagábalo, una deidad erótica de los fenicios. De niño, honraba ya a este dios y a otros dioses fálicos, interpretando ritos sodomíticos. También de manera precoz, fue atormentador de animales, afeminado, y ardiente amante y pasivo pederasta."
Fueron personas decentes, que vivieron en su época.
ResponderEliminarNo robaban.
Hasta la "fortuna" del Caudillo la tiene ahora cualquier concejal hortera de cualquier ayuntamiento de la costa española.
Pero se les llena de mierda, por parte de gente que ya quisieran tener la boca tan limpia, como el Sr. Ladreda tenía las suelas de los zapatos.
Así como sóo Stalin ffalaba ruuso, na guerra civil española, cos preavisos da revolución de Aturias, coa dinamitización de Cámara Santa da Catedral de Oviedo e outros horrores que se foron sucedendo: queima de igrexas, diócesis martirizadas como Barbastro, chekas,fosas comús non investigadas por razón; así como Stalin, el sóo, falaba ruso e aquí outros son os únicos a impartiren lecciós de galegués, parece que o gran delito de media España foi acabar coa cadea de asesinatos, coa imprantación crecente do réxime soviético. E resulta que agora entran algús memos a xustificaren todo o mal feito dende a guerra de Asturias; a nega-lo dereito de medio de España a non se deixar matar,como ten apuntado Ricardo La Cierva: A guerra española aconteceu porque media España non se deixou matar pola outra media.
ResponderEliminarEtc. etc.,
Acabarán por que todas las calles lleven nombres de gaiteiros. DonFili diga algo de los folletos para los atletas Inglés Gallego. Paga el concello. Pagamos todos.
ResponderEliminarLos nombres de las calles de Pontevedra se deciden en Candás Asturias. Buen criterio, si señor.
ResponderEliminarJuan sin Tierra, tú estás de acuerdo con este anuncio verdad?
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=9r0OUJoCvUI&feature=player_embedded
Es cierto lo de los folletos del triatlon. Lo que ya no sabia es que "prueba" se escribe ahora "prova" en gallego.
ResponderEliminarSe gastan las pelas en los fotellitos del gallego por que para el triatlón no pueden hacer otra cosa.Otras ciudades hacen Banderas para animar a sus atletas y dar color, aquí en dos años no las han hecho y creo que este año tampoco. Que bandera hacen, la de Galicia, para ellos lleva una estrella roja. La de España, reniegan. Es una reflexión pero si es asi me parece muy triste.
ResponderEliminar"estreliña de cinco puntas en gules, sobre campo de blanco y franja cruzada en azur "
ResponderEliminarAsí son los colores de la heráldica del BNGAY, la nueva aristocracia de partido. Los señores feudales da Galiza do tercer milenio, máis feudal que nunca. A Galiza das tradicións, dos campos de berzas e nabos floridos, os gaiteiros e as pallozas sin retrete... cantemos todos xuntiños: "ailala laloooo ailaleloooo....."
E ide a levar, alborozados e gozosos, os tercios das vosas colleitas fiscales, as vosas tasas e os vosos diezmos da O.R.A ós nosos señores, que cebadiños e moi dignos, vos esperan nos despachos do Concello.
Moitas nóminas, moitos moscosos, moitos días de asuntos propios que lle pagar...