También desde este blog nos sumamos a las críticas de las obras que se están llevando a cabo en el popular Campillo o Campiño de Santa María.
De todas las intervenciones habidas en los últimos años en el llamado Centro Histórico, quizás sea esta la del Campillo la más desafortunada y dramática.
Y todo por no querer reconocer que en ese espacio lo prioritario, ya sea desde el orden estético, como en el histórico y el funcional, era conservar la alamedilla popular allí localizada. Si querían integrar los restos arqueológicos, como los tramos de muralla allí descubiertos, tenía que ser respetando el citado campillo arbolado, algo irrenunciable, incluso desde el punto de vista legal del PEPRICA y no a la inversa, como se pretende hacer desde el Concello.
Traemos a colación una fotografía mostrada en la exposición sobre la "Pontevedra na Restauración, 1875-1900" precisamente colgada a instancias municipales de la valla de la Plaza de España. Probablemente sea de los últimos años del siglo XIX. Son perceptibles la ringleira de árboles que ya le daba la personalidad a ese entorno, desde tiempos de nuestros tatarabuelos.
Compárese con la trayectoria que llevan las obras actualmente allí realizadas.
Probablemente no sea la última vez que volvamos a tratar la defensa de esta zona.
De todas las intervenciones habidas en los últimos años en el llamado Centro Histórico, quizás sea esta la del Campillo la más desafortunada y dramática.
Y todo por no querer reconocer que en ese espacio lo prioritario, ya sea desde el orden estético, como en el histórico y el funcional, era conservar la alamedilla popular allí localizada. Si querían integrar los restos arqueológicos, como los tramos de muralla allí descubiertos, tenía que ser respetando el citado campillo arbolado, algo irrenunciable, incluso desde el punto de vista legal del PEPRICA y no a la inversa, como se pretende hacer desde el Concello.
Traemos a colación una fotografía mostrada en la exposición sobre la "Pontevedra na Restauración, 1875-1900" precisamente colgada a instancias municipales de la valla de la Plaza de España. Probablemente sea de los últimos años del siglo XIX. Son perceptibles la ringleira de árboles que ya le daba la personalidad a ese entorno, desde tiempos de nuestros tatarabuelos.
Compárese con la trayectoria que llevan las obras actualmente allí realizadas.
Probablemente no sea la última vez que volvamos a tratar la defensa de esta zona.
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