miércoles, 17 de octubre de 2012

La mujer del emigrante, una estatua de moda

 
En 1959 se celebraba en Pontevedra un congreso que versaba sobre la Emigración a Ultramar. De aquella reunión quedó para la posteridad el monumento a la Mujer del Emigrante, obra de Alfonso Villar. Dicha escultura pétrea estuvo inicialmente instalada en los jardines de la Autoridad Portuaria- antigua Obras del Puerto - para trasladarse hace unos años a la rotonda en la que finaliza la cuesta de San Roque.

En manos de la peor generación que lleva gobernando España en las últimas tres décadas, en ausencia de ese preciso y natural relevo generacional, no debe extrañarnos que en apenas un lustro hayamos pasado de ser receptores de inmigrantes a ser de nuevo una tierra de emigrantes, lo han arrasado todo.
Así los demógrafos advierten ahora que  «la fuga de jóvenes es espectacular, pero sigue sin haber conciencia colectiva de lo que va a suponer para el futuro de Galicia...y lo peligroso es que se van en edad de asentarse familiarmente, sentimiento que se acrecentará en sus nuevos destinos cuando vean que en su tierra apenas habrá incentivos para volver...pero les costará mucho regresar, porque las condiciones laborales cada vez son más pobres aquí y también las oportunidades para levantar negocios».

También hace unos meses el Diario de Pontevedra advertía que "la emigración juvenil al extranjero casi se había triplicado en cinco años".
Después pasaba a recoger el testimonio, tantas veces repetido en esos últimos tiempos por muchos vecinos:   
 «Vivo en Barcelona desde hace dos años y muchas veces me pregunto qué hago que no estoy en Pontevedra. Y la gente se marcha primero para estudiar y salir de ‘la vila’ y al final el viaje se convierte en un no retorno, porque en Pontevedra mucho trabajo no hay...».
  
«En mi caso las grandes cadenas hoteleras, tanto españolas como internacionales, no tienen muchos o ningún establecimiento en Galicia, con lo que es muy complicado optar a una plaza de Dirección de Hotelera, y menos en el caso de Pontevedra: se lleva la palma Vigo. Creo que mi profesión y dentro de ella en el sector de alta gama hotelera no es posible desarrollarlo en mi ciudad

 «Yo creo que salimos de Pontevedra porque trabajamos en peores condiciones cobrando la mitad teniendo igual preparación»,dice este pontevedrés que en la actualidad se encuentra en Madrid"

«Supongo que la gente se va por la falta de oportunidades laborales, simplemente. En mi caso somos cuatro hermanos y tres estamos viviendo fuera: dos en Madrid y uno en Londres. No volvería si tuviese una buena oferta porque tendrían que ser dos: para su marido y para ella. Y además el mercado publicitario en Pontevedra es muy pequeño»
  
«Pontevedra es una ciudad que no ofrece demasidas alternativas, y en la actual situación, el miedo a perder lo que se tiene o a no encontrar nada hace que se tomen decisiones que por otro lado no se tomarían. La empresa en la que trabajaba tenía problemas laborales, y después de reclamar una solución y no ver ninguna respuesta, decidimos mi mujer y yo marcharnos»

En fin, que «Madrid te ofrece cosas que Pontevedra no tiene. Aún así, Madrid no puede competir con la terriña».


Pues eso, que desgraciadamente hemos puesto de moda y le hemos dado sentido al monumento a la mujer del emigrante, ahora a su madre si se quiere. A ver como nos coordinamos con el exterior para levantar esto porque con los especímenes que quedan va  a ser imposible.

 

1 comentario:

  1. Mejor. Si se largan los jóvenes y todo aquel en estado de trabajar y sólo quedaran en la ciudad ancianos y funcionarios, ya nada podrá evitar La Dictadura del Funcionariado, que es el equivalente progresista al paraíso cristiano.

    ¿algún problema, putos?

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