Como es sabido, en el lejano año de 1467, el rey Enrique IV otorgaba el privilegio a la villa de Pontevedra, para celebrar un mercado que abarcaba quince días antes y quince días después de su patrón, San Bartolomé, fiesta que se celebra el 24 de agosto.Y ya se sabe que junto a las cosas de los negocios siempre aparece el ocio.
Así uno de los espectáculos unidos a esta feria que alcanzó mayor renombre sería el de “La Morisma”, los simulacros teatrales que enfrentaban a los ejércitos moros y cristianos, venciendo siempre estos últimos. Lo peculiar es que en Pontevedra estas guerras festivas reunían además la condición de combate naval. Todavía se celebraban en la desembocadura del Lérez, aunque ya la feria franca había perdido esplendor, en el siglo XVIII, en tiempos del Padre Sarmiento.
Por eso creemos de gran valor los textos de Xoan Manuel Pintos, el poeta pontevedrés del que se cumplen doscientos años de su nacimiento.En una de sus “foliadas” de “A Gaita Galega”, se lamenta de la desaparición de estos célebres festejos. Es más la iglesia de San Bartolomé o vello se derribaría hacia 1842, pocos años antes de escribir ese famoso texto. Se deduce que hacia 1850, la escenificación de la Morisma, del combate naval, solamente perduraría en el recuerdo de los pontevedreses más ancianos, de ahí el mérito documental de Pintos que recoge esa memoria histórica de la villa, reconvertida ahora en ciudad.
Veamos algún ejemplo:
¡Aquelas festas navales
aqueles famosos cercos,
aquelas feiras seguidas
por trinta días arreo!
Llegados a este punto es una lástima pues, que no se difunda por el Concello -a pesar de gastar 150.000 euros en la “Feira Franca”- esta estrofa relativa al trato comercial, pues en esta edición parece ser que se le dedica a los mercaderes:
¡Aquela enchente de cousas
para mil usos diversos,
aquel vender sin parar,
aquel rugir de diñeiro,
aquel atopar de todo
en tan valente comerzo
que somente por atarlle
o mercado ós forasteiros
en pesos máis de dous mil
se arrendaba tal direito!
Pero como decíamos, a mediados del siglo XIX, las fiestas de la Virgen Peregrina ya habían sustituido al medieval San Bartolomé:
Non tornarán non, quizáis,
Non e non tamborileiro.
Saudades e pesares
Terá a vila en todo tempo
Polo día do patrón,
Santo San Bartolomeo.
En fin, como apuntábamos, el valor de estos versos es que Pintos nos narra la celebración del combate naval entre moros y cristianos. Y debe ser de los pocos autores que tiene que citar a las Xunqueiras, muchas de ellas rellenadas en nuestros días:
¿Aquela escadra tan mesta
que os juncos de Elva (Alba) cubría,
que gurgulla?
Alí polo Vao adiante
Muito nidia relucía
A media luna
Sobre vermello turbante,
Que, ó lejos ben parecía
Anque moruna
Más datos:
Rebulir por esa ponte,
Polo Burgo e no peirao
Tanta gente,
E desde o cume do monte
Un mundo baixando ó Vao
Nunha enchente
Bum, bum, bum, estrala o ferro,
Nubes de fume se escorren
Polo mar
Alí vai ser o enterro
Daqueles perros que morren
Sin matar...
Obviamente que al final ganan los cristianos:
...“¡Que viva a Moureira!
¡Viva o Sacramento!
¡Vivan os que rompen
cadeas de ferro!
¡Que vivan que vivan
os ilustres netos do noso Charino
por séculos eternos!
Y tocaban las consabidas celebraciones:
Verías entonces,
Como os ríos cheos,
Acudir ás Rodas
Por todos vieiros
Os homes, mulleres,
Rapaces e nenos,
E os militares
E frades e cregos,
Todos rempujando
Por ser os primeiros
A mirar a entrada
Daquel regimento
Que alá por San Roque
Subía en ringleiros
Con roupas de gala
Que era gusto velo.
A música e danzas
abrían carreiro
ó gran pabellón
de todo aquel gremio.
Pabellón de gloria
E de muito prezo
Que val máis que todos
De tódolos reinos.
Para a igrexa iba
Don gran padroeiro
Da vila famosa,
San Bartolomeo
Acaba el poeta diciendo:
¿Dónde van aqueles días
de tan ruidosa festa
e denosura?
¡Pasaron as alegrías,
e somentes se oi orquesta
de tristura!
¡Quen pudiera haber nacido
naquel tempo sin pesar,
tan alaegre,
máis que agora ja no olvido
estivera, sin pasar
esta febre!
En fin, que gracias a Xoan Manuel Pintos, sabemos como se festejaba en Pontevedra, durante muchos siglos, los días de la feira franca, que coincidían con el patrón San Bartolomé. A mi no me miren.
Y estos iluminados a inventar cuanta miseria pseudocultural.
ResponderEliminarBuena entrada
ResponderEliminarEl poeta, aun cerca de las fuentes y fuerzas primigenias a pesar de los siglos que ya habían transcurrido, hacía un esfuerzo de hermenéutica por interpretar la realidad del pasado, y ponerla en verso.
ResponderEliminarNada que ver con la actitud de parque temático, de Dineylandización, de caricatura del actual remake de la Feria Franca.
serñor Filiberto, queremos una entrada comentando la feria franca. Con fotos, por favor.
ResponderEliminar