jueves, 28 de marzo de 2013

Pro serenitatem


Antiguamente, en caso de pertinaces sequías, había que implorar por medio de rogativas del tipo "ad petendam pluviam" que volviera la lluvia para regar los campos y que salieran adelante las cosechas.
Si el tiempo llevaba meses revirado, lo que tocaba eran oraciones "pro serenitatem" para que cesaran las tempestades. Esta modalidad estaba, lógicamente, muy extendida entre las gentes del mar.
Ahora como antaño, en plena Semana Santa, y después de incesantes lluvias que comenzaron en octubre, toca una rogativa "pro serenitatem". Los ríos bajan desbordados, peligran las cosechas por la falta de floración y polinización, los estuarios pierden salinidad y muere el marisco; en el gremio de la hostelería las terrazas no funcionan y a nadie apetece ir de turismo rural o a abrir la casa de Sanxenxo...
Ilustramos este post con una fotografía de 1968, que representa  la procesión del Encuentro, en la mañana del Viernes Santo, en un marco incomparable: la plaza del Teucro.
Allí entre sus naranjos se divisa a un guardia municipal de salacot, un automóvil "escarabajo" y algunos seiscientos...
Una procesión entrañable e intemporal. A ver si la lluvia de este año permite recrear esta escena, entre la Virgen de la Soledad y Cristo con la cruz a cuestas.

4 comentarios:

  1. Tristán de Montenegro29 de marzo de 2013, 9:04

    ¡VIVA CRISTO REY¡

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  2. Antón Doval Adán1 de abril de 2013, 6:01

    Parece mentira que no século XIX a xente crea en bruxerias. Ide adorar ao deus da chuvia para que pare, afogade no Lérez uns monaguillos como ofrenda.

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  3. que poquito queda ya... CIEN MIL VISITAS !!!!!

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