En 1992, el desaparecido párroco
de Campañó, el ilustrado Antonio Rodríguez Fráiz, sostenía en un trabajo
titulado “A Pedra Pinela -Marco de
Coto”, que si precisamente “hoxe
aparecese a Pedra Pinela os problemas entre os concellos de Pontevedra e Poio
esmoreceríanse, xa que este outeiro foi dende os tempos medievais punto de
referencia e marco de coto denantes as xurisdiccións episcopais reitoras da
Vila pontevedresa e frades bieitos de Poio e Lérez ; tamén termo de lindeiros
parroquiais de Sancti Petri de Campaniola , San Salvador e San Xoan de
Poio e dende 1820 das división
administrativas entre os devanditos concellos”. A lo que habría que añadir
que en ese penedo también convergió
en su día, el efímero ayuntamiento de Alba y sirvió también para deslindar la
parroquia de Santa María la Mayor de Pontevedra.
¿Pero donde se haya exactamente
este hito o mojón que sirvió de referencia topográfica durante tantos siglos a
varias entidades territoriales?
Rodríguez Fraiz citaba un documento de 1763,
donde aparecía un reconocimiento de marcos entre las parroquias de Campañó y el
Monasterio de Poio, muy curioso para deslindar los actuales municipios de Poio
y Pontevedra, que lógicamente basaron su término municipal en la existencia
previa de dichas entidades parroquiales. La parte más interesante del documento
señala por donde discurre la línea divisoria, y dice así: “De este outeiro do Corbo en derechura “Aguas Vertientes”, cortando por
el Outeyro da Tomba que es marco de coto, y esta sobre la Fuente da Tomba, que
corre para La Casa do Bao; topando en la mesma Casa do Bao por la parte del
Vendaval cuia casa también es marco de coto ; y queda toda ella para Campañó y
cortando en derechura por el lugar de Bao que
antes fue de Benito Villanueva y oy es deste es cabeza Benito Paz; hasta
dar en la Piedra Pinela, que está en medio de la ría de Pontevedra y la que
juntamente es marco de coto en donde se acaba esta demarcación…”
Así el citado autor sostendría
que la “Piedra Pinela” aparecería en 1988 con motivo de las obras de la Avenida
de Beiramar, ejecutadas en las inmediaciones del Puente de la Barca, conjetura
que nos parece errónea, puesto que de un documento de 1667, del que hemos encontrado
la transcripción, en donde los vecinos de Poio reconocen los límites del
Monasterio que “saven que comienza en el
Peiraro de la Barca de Pontevedra, cuia Barca y pasaje es propio de dicho
Monasterio y corre rio arriba a la Piedra da Pinela que se halla en medio de
dicho río y sigue derecho a la casa del Bao...” se desprende que dicho marco
pétreo estaba aguas arriba de A Barca.
Así, por lo de pronto, todo
parece indicar que dicha “Piedra Pinela”, debía ser un islote rocoso o “cabezo”,
ubicado en las proximidades de la
desembocadura del río Rons o de Alba. Este accidente natural, sería un elemento
topográfico de más seguridad y contundencia que la imprecisión geográfica que
generaría el citado cauce, que variaría debido al juego continuo de las mareas.
La existencia de un croquis
escala 1:5000 elaborado por la “Sociedad Arqueológica” hacia 1890, avala
nuestra tesis. En dicho dibujo, que reproducimos de la obra “Pontevedra Villa
Amurallada”, se grafía la “Piedra Pinela” en el extremo norte del plano, hacia
el oeste del puente del Burgo.
¿Y qué fue de dicha peña tan
interesante para la historia local y aun para resolver conflictos de lindes
actuales? Pues que quedaría embutida en los rellenos del malecón norte de la
ría, actual avenida de Domingo Fontán. Hoy tendríamos que buscarla entre las
inmediaciones del antiguo Puente de las Corrientes, el citado malecón y los
rellenos de la Junquera hacia el lugar que ocupa la Imprenta provincial.
Habría que concluir diciendo que
para los románticos pontevedreses del siglo XIX, dicha “Peña da Pinela”, además
de una referencia jurídica, era todavía un lugar mítico. En 1877 Prudencio
Landín señaló como precisamente frente al fondeadero de la Pinela, habían
desembarcado las huestes de Urco durante unos célebres Carnavales. En 1888 la prensa local también recogería que
durante los festejos de la Peregrina, tendría lugar un certamen de natación
entre el puente del Burgo… y el citado bajo de la Pinela. Y en ese mismo año,
cuando se le obsequió con una gira por el Lérez al escritor Echegaray, se
lanzaron multitud de cohetes desde dicho islote.
Y aunque los pontevedreses de hoy
no podamos contemplar dicha peña sujeta al capricho de las mareas, al menos nos
quedan unos versos épicos, también decimonónicos de Luis Rodriguez Seoane, que
incluso ayudan a situar dicho accidente topográfico:
“Al descansar de la
feliz victoria,
Teucro a Helenes
fundó sobre estos ríos,
Y anciano ya, morada
mortuoria
Quiso tener del mar
entre bajíos
La roca de Pinela aun
su memoria
guarda y allí con
ímpetus bravíos
el río de Alba su
corriente abate
y el mar y el Lérez
siguen en combate”
La Pinela desapareció víctima de la barbarie del desarrollismo de los años 60.
ResponderEliminarPero estos años los pontevedreses ´(y lo que no lo son pero nos visitan), también hemos perdido muchas cosas, víctimas de la barbarie del BNG, como por ejemplo el Campillo de Santa María, y lo peor es que se anuncian nuevos atentados contra el Patrimonio y la Memoria colectiva, que al igual que la Pinela, quedarán impunes.
A mi todos los puercos me dan asco, sean dunha Beira, ou doutra Beira.
Non sei si se me entende.....
Un análisis brillante, don Filiberto!!!!
ResponderEliminarMis mejores congratulaciones por esta nueva aportación histórica. Y del buen gusto.
A Pineal destruíuna Franco.Vou a propoñer na nosa asemblea volvela a poñer onde nos cadre para gañar terras a Poio.
ResponderEliminarFoi Franco o asasiño das classes meias españolas, quen arrebentou a Pinela,e dígoche máis:
EliminarÉ sabido que veu el personalmente a dinamitala, e quixo ser quen premera o botón do detonador,aproveitando uma visita a Escola Naval no Azor.
Tal era o odio que lle tiña á sociedade civil e a cidadanía de Pontevedra....
Igual non a destruíu, e a ten a sua filla no pazo de Meirás. Haberá que botar un ollo alí.
ResponderEliminar