Un puente modélico

En marzo del año 2006 se inauguraban las obras de remoción del puente ubicado en la Avenida de Vigo, el que sobrevuela la calle de Eduardo Pondal.
Como recogió la prensa, "la obra cuenta con un sistema de detección de altura de vehículos, con barreras infrarojas y luminosas, así como un sistema de cámaras de seguridad conectadas con el centro de control de cámaras de la Policía Local. Se reforzó también la estructura del puente, que estaba muy dañado por varios impactos anteriores, se impermeabilizó, se instalaron barandillas ornamentales de cristal e iluminación y se forró la parte inferior del puente con una doble capa de aluminio", todo de "alto diseño".
Parece ser que se financió con remanentes de fondos europeos, de aquella aun los había, y que costó unos 130.000 euros.
Pero como pasa con muchas obras de esta última década, donde lo que menos importa es la eficacia y funcionalidad de las mismas, ya el propio día de su inauguración, un autobús del centro de transfusión de sangre, chocó con el dispositivo que regula la altura del gálibo.
Es obvio decir que la integridad de la obra duró poquísimos meses, lo importante era hacer la foto para el catálogo, y cinco años después de aquella inauguración el aspecto de este céntrico espacio es lamentable.
Por eso se puede decir que es el prototipo de obra modélica, filosofía de muchas de las intervenciones urbanas habidas en estos últimos años, empezando por muchos pavimentos.